BBVA se resiste acabar 2020 con una mancha negra en su expediente. El banco de Carlos Torres Vila confía en el futuro y confirma que los ingresos recurrentes a euros constantes en el segundo semestre crecerán respecto al primero. Sin embargo, el pasado pesa mucho para sus inversores. Estos son cuatro datos que resumen el 'annus horribilis' de BBVA.
Te lo contamos en este podcast de Expediente Abierto.
Los inversores han recibido con alegría la mejora de previsiones de BBVA en los primeros compases de la sesión, cuando ha llegado a subir más de un 5%. Sin embargo, la llama alcista se ha ido apagando en el valor a medida que pasaban las horas.
Finalmente, la entidad ha cerrado la sesión con una subida del 0,42%. En el mercado todavía pesa mucho lo que BBVA ha cargado sobre sus hombros este año por el coronavirus.
El primer bache que la compañía sufrió llegó en abril, cuando presentó unos resultados del primer trimestre con unas pérdidas históricas que superaban los 1.700 millones de euros debido a las provisiones y al deterioro del negocio en Estados Unidos.
Esto nos lleva a otro de los peores datos de BBVA de 2020: su caída en bolsa. Esas pérdidas históricas unidas a la idea de los eternos tipos cero y el más que probable repunte de la morosidad por la crisis del coronavirus han llevado a BBVA hasta lo más bajo del Ibex 35 en rentabilidad anual. El banco se ha desplomado un 52% en lo que llevamos de 2020 y es el sexto valor que más ha caído en el año.
Esta fuga de dinero del capital de BBVA ha provocado un resbalón del banco en el podio del Ibex. La entidad ha pasado de ser la cuarta más grande del club de los 35 a situarse en el puesto número once. O, lo que es lo mismo, siete compañías -un 20% del Ibex- la ha adelantado.
Todo esto la ha precipitado por el acantilado de las empresas más importantes de España pero también de Europa. Esta misma semana BBVA ha abandonado el selecto grupo del Eurostoxx 50 junto a Telefónica.