Algunos se refieren a ella como la Dama de Hierro del sector bancario porque gestiona con mucha disciplina el Banco Santander, su banco desde que fue nombrada presidenta hace tres años cuando murió su predecesor, Emilio Botín.
Ya lo decía ella en una de sus escasas intervenciones en una presentación de resultados “no me acuesto un día sin abrir una cuenta”. Es una frase, un mandato que intenta cumplir a rajatabla. Una actitud, un modelo de gestión que ha impuesto quien es la presidenta desde el año 2014 del mayor banco de Europa.
Su nombramiento generó ciertas dudas al principio, pero para los expertos, "el balance de su gestión no es negativo si tenemos en cuenta un contexto nada sencillo para la banca europea con unos tipos bajos de interés".
Los analistas que siguen de cerca el banco, creen que Botín no ha planteado cambios de "gran calado, excepto la compra de Popular, un movimiento rompedor" según el mercado. Más bien califican su política de gestión como "continuista en un entorno complicado", según Ignacio Cantos de ATL Capital.
Decisiones "de calado"
Desde que llegó al cargo, la presidenta ha tenido que hacer frente a la sombra de su padre, alguien con una notable personalidad y muy influyente entre banqueros españoles, europeos y a nivel político.
También ha tomado decisiones importantes, la que más, la compra de Popular. De hecho, uno de los retos más inmediatos a los que tiene que hacer frente, es que la integración del Popular en la marca Santander sea un éxito, una gran operación, tal y como explica el periodista económico Salvador Arancibia.
Botín ha rejuvenecido la cúpula de la entidad, ha establecido el pago del dividendo de dinero metálico en lugar de acciones o llevar a cabo dos ampliaciones de capital.
Su estrategia para obtener resultados se asienta sobre dos pilares: la diversificación geográfica, que le ha permitido sortear la crisis mejor que a sus competidores.
El otro pilar de su estrategia es la política comercial. Botín quiere clientes buenos, fieles y únicos. Para ello lanza la Cuenta 1,2,3 una fórmula que le fue bien en UK pero en España queda en entredicho.
A día de hoy, Botín se enfrenta a una fuerte crisis económica en Brasil, su principal mercado con un 26% de cuota, seguido de Reino Unido y el impacto del Brexit que causa en las cuentas. Los analistas creen que si la economía británica no sufre en exceso, Santander no tiene por qué pasarlo mal ya que se trata de un banco doméstico.
Otro foco de atención son las unidades bancarias en EEUU, retomar el líderazgo en España donde ha perdido una importante cuota de mercado o la digitalización del banco.
La acción cae un 9% desde su mandato
Los expertos que siguen a Botín, creen que se ha ganado la popularidad entre los accionistas del banco…una acción que ha caído aproximadamente un 9% en estos tres años teniendo en cuenta las dos ampliaciones de capital y el reparto del dividendo. A día de hoy, el valor está a un 22% de sus máximos de todos los tiempos.
Los expertos que conocen a Botín, resumen estos tres años en tres palabras: decisión, arrojo y continuidad. Será ella misma quien defina las líneas y pautas a seguir. La que es una de las mujeres más poderosas del planeta según Forbes, tiene claro a dónde va y por dónde pasa el futuro del primer banco de la Eurozona. Un futuro, que todavía está por escribir.
Ana Patricia Botín, tres años de presidencia en Santander
Guardar