Madrugada negativa para los índices asiáticos en un día en el que Japón es progtagonista por el lado macroeconómico. En China, el presidente argentino, Mauricio Macri, trata de desbloquear 30.000 millones de dólares en proyectos de infraestructuras, y en Australia reciben esta mañana una mala noticia de S&P.
Por el lado nipón, los datos de la industria muestran una nueva mejora en el sector. La producción industrial creció un 3,5% en marzo respecto al mismo mes de 2016, y los pedidos de maquinaria crecen un 1,4%. Datos que confirman el aumento en el músculo industrial de Japón en este 2017 en el que han vuelto al crecimiento y a la inflación en positivo. Surge sin embargo una sombra, el de las expectativas de las empresas. Una encuesta muestra una caída de casi seis puntos porcentuales en el índice de dichas expectativas, en lo que supone una contradicción con lo que espera el gobierno de la economía japonesa. En concreto, el gobernador del Banco de Japón, Haruhiko Kuroda, insistía esta madrugada en lo positivo del crecimiento del país este año, y en que además se alcanzará el objetivo de inflación del 2% a finales del próximo año. El enfrentamiento entre gobierno y empresas, según los expertos, no pasa tanto por cuál será el crecimiento en los próximos meses, sino porque el gobierno planea una subida obligatoria de los salarios para elevar el consumo y las empresas no están dispuestas a asumirla.
En China, tras la presentación del proyecto de la Ruta de la Seda este fin de semana, Mauricio Macri, presidente argentino, ha decidido realizar una visita de cuatro días al país, en aras de convencer al gobierno del gigante asiático de que desbloquee una inversión de 30.000 millones de dólares en Argentina. Una inversión pactada en principio para realizar proyectos de infraestructuras energéticas pero que está paralizada por varios motivos. Primero, porque Macri ha pedido que se eleve esa inversión, y segundo, porque está incumpliendo parte del acuerdo previo, cuando la ya expresidenta Cristina Fernández de Kirchner firmó que casi 7.000 de esos millones irían a parar a dos centrales hidroeléctricas en la provincia patagónica de Santa Cruz. Macri quiere reducir la parte de la inversión que va a esas dos centrales, pero desde el gobierno chino aseguran que o se cumple lo pactado o no habrá ningún otro tipo de inversión. En este sentido, Argentina quiso presionar con el precio de la soja, y China ha comenzado a exportar esta materia prima de Brasil, pese a que es más caro. Mañana se reunirá Mauricio Macri con el presidente chino, Xi Jinping, y será entonces cuando traten de resolver los beneficios comerciales para China ha cambio del desbloqueo de esos 30.000 millones de inversión.
Y en Australia, Standard & Poors ha puesto en perspectiva negativa el rating del país, aunque matiene la triple AAA como calificación.
Crónicas asiáticas: Japón enseña músculo industrial
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