Hace pocos días, el cartel de un jubilado que busca piso en Sevilla, se hizo viral en las redes sociales. Esta situación podría ser un reflejo de lo que puede suceder en unos años con los jubilados. Vamos a vivir más tiempo, incluso por encima de los 100 años pero tendremos menos poder adquisitivo. Con este panorama, ¿tendremos un espacio digno donde vivir? Lola Solana, desde Santander Asset Management.
Según los expertos, en España hay más de ocho millones de personas mayores de 65 años que son propietarios de una vivienda, sin embargo, un porcentaje muy elevado de esta cantidad, reconoce tener problemas para llegar a fin de mes. A falta de iniciativas del Gobierno, algunas empresas empiezan a dar solución a este problema.
Almagro Capital, que acaba de salir a Bolsa, es la primera Socimi que compra viviendas a personas mayores para después alquilárselas. La estrategia consiste en comprar pisos situados en el centro de las ciudades, con un alto descuento frente al valor del mercado y maximizar la rentabilidad de los inversores con su venta en el medio plazo, una alternativa a la pensión que reciben según, el Presidente del Consejo de Administración de Almagro, Luis de Ulibarri.
¿Qué sucede si la personas decide abandonar la vivienda?
¿Cómo se convence a un inversor de que la longevidad supone un nicho de negocio?
Según la agencia Moody´s, el envejecimiento “pondrá en aprietos” al sistema nacional de la seguridad social, pero también al negocio de esta nueva Socimi. Según su folleto de salida a Bolsa, los contratos de arrendamientos son de carácter vitalicio y su duración se estima en torno a la esperanza de vida de los inquilinos. Si la esperanza de vida real es mayor a la estimada, se podría dar un retraso en la venta del activo y la rentabilidad obtenida final podría ser menor a la estimada.
Por otro lado, los catorce activos que posee la Sociedad son todos de tipo residencial y se encuentran en la Comunidad de Madrid, por lo que unas condiciones económicas “particulares” podría afectar negativamente a la situación financiera de la compañía.
Existen otros riesgos derivados de la concentración del número de clientes. Los activos inmobiliarios se encuentran arrendados a una persona por inmueble. A 31 de agosto de 2018, seis inquilinos representan el 100% del importe neto de la cifra de negocios e ingresos de explotación consolidados. En caso de no renovación de sus contratos de alquiler, la Sociedad podría tener que mantener inmuebles vacíos durante el proceso de búsqueda de nuevos inquilinos.
Más allá de las dudas o los riesgos, lo que está claro es que la longevidad supone un nicho de mercado sobre todo para el sector inmobiliario, que tiene un reto para conseguir espacios dignos donde envejecer.
Las socimis, una solución para los jubilados
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