La crisis sanitaria del coronavirus nos ha hecho olvidar una emergencia que ya teníamos sobre la mesa desde hace años: la climática. Pero es algo en lo que la sociedad y las empresas deben seguir trabajando.
Hemos hablado sobre cómo deben afrontar las empresas la reconstrucción tras la crisis del coronavirus, bajo una perspectiva sostenible, con Jaime de Jaraíz, Presidente y CEO de LG Iberia, Elena Valderrábano, Presidenta de DIRSE (Asociación de Directivos de Responsabilidad Social) y Elvira Carles, Directora de Fundación Empresa y Clima.
Una tertulia en la que han participado Jaime de Jaraíz, Presidente y CEO de LG Iberia, Elena Valderrábano, Presidenta de DIRSE (Asociación de Directivos de Responsabilidad Social) y Elvira Carles, Directora de Fundación Empresa y Clima.
- La inversión con criterios ESG: además de rentable, más segura
- "Hemos experimentado el coste brutal de no hacer caso a la ciencia"
Jaime de Jaraíz explica que, viendo los aspectos positivos de esta situación tan dramática, la lección puede ser que nos ayude a mejorar las cosas. Por ejemplo, en los últimos tres meses se ha dado un salto enorme a la hora de avanzar en digitalización y gestión.
La crisis del coronavirus nos ha obligado a aumentar el teletrabajo, a cambiar la forma de relacionarnos entre trabajadores, etc. Y además, debido al confinamiento, “le hemos dado un respiro a la Tierra que, de otra forma, no habríamos conseguido en años”.
“Lo que creo que va a ocurrir es que, ahora mismo todo el mundo está muy concienciado y ve que no estamos haciendo las cosas bien en cuanto a nuestra relación con el planeta. Pero cuando volvamos a la normalidad, poco a poco volveremos a lo de antes”.
Por eso apunta a que es una tarea de los líderes mundiales y las grandes empresas aplicar la lección que hemos aprendido y avanzar hacia una economía más sostenible. “Si seguimos este nivel de destrucción del medio ambiente, los siguientes somos nosotros”.
Además Jaime de Jaraíz, Presidente y CEO de LG Iberia, destaca que la tecnología no lo es todo. La tecnología ayuda, pero no hace cambios mágicos. Hay que cambiar también nuestra forma de actuar. “La tecnología no nos va a salvar, nos tenemos que salvar nosotros con nuestras acciones”.
Elena Valderrábano, Presidenta de DIRSE (Asociación de Directivos de Responsabilidad Social) recuerda que ya estábamos en una emergencia medioambiental y ahora se nos ha cruzado una emergencia sanitaria. Obviamente la última ahora es más urgente. Pero no podemos olvidar la anterior. “Esto ya es imparable”.
Por eso explica que debemos ser conscientes de que no se puede poner a las personas por delante del medio ambiente, sino que se deben comprender que, para la supervivencia humana, hay que cuidar también la naturaleza y dejar atrás esa ambivalencia que no es real.
Un buen ejemplo de que sí puede haber una vuelta atrás a raíz del coronavirus es que se están viendo mascarillas y guantes tirados en el suelo y muchos han terminado ya en el mar. Debe haber una concienciación de que cuidarnos y cuidar la naturaleza es una tarea de todos.
Elvira Carles, Directora de Fundación Empresa y Clima, también pone el acento en que la concienciación es clave. Apunta también a que el confinamiento, la disminución de los traslados, del tráfico aéreo, han sido un respiro para el medio ambiente.
Pero los países que están saliendo adelante (como China o India) están volviendo a ponerse en marcha y han multiplicado de nuevo las emisiones. Es lo que debemos evitar, ahí debe ponerse el foco.
Y en ese sentido, para avanzar y para que las empresas se impliquen, hace falta una legislación clara, que las empresas sepan a qué atenerse. No podremos salir adelante, ante esta crisis sanitaria y también ante la crisis medioambiental, si no hay una base legislativa que sirva de marco de actuación.
La responsabilidad de las empresas, concepto fundamental
La empresa que no esté comprometida con el medio ambiente, no podrá sobrevivir. En primer lugar, porque no tendrá el respaldo de los inversores. Elena Valderrábano, explica que “el mundo inversor ha hecho más por la sostenibilidad que la sociedad en general. Porque todas las pautas de la RSC (Responsabilidad Social Corporativa) vienen marcadas por el mundo inversor”.
Si una empresa no puede demostrar que está siguiendo unas pautas medioambientales, hay muchos grupos inversores (cada vez más) que no invertirán en esa empresa.
Para el caso concreto de España, Elvira Carles considera que nuestro país está en una posición privilegiada para avanzar en algunas líneas relacionadas con el medio ambiente. Por ejemplo, España tiene mar y sol suficiente para avanzar en energías renovables.
Cree que la tecnología, el interés por la sostenibilidad y la digitalización, hará que salgamos con un mayor liderazgo y una mayor fortaleza de esta situación que estamos afrontando.
“No olvidemos la situación privilegiada (de España) y la conciencia, cuando no era obligatorio, de esa responsabilidad social corporativa, que tenemos innata, en el entramando empresarial, que nos hace seguir adelante, a pesar de todas las crisis, que tengamos y que vayan apareciendo”.
Movimiento Smart Green, de LG
Es también una de las apuesta de LG, superar la responsabilidad social corporativa, convertir ese concepto en uno de los núcleos de su negocio.
“Nosotros no vendemos televisores, teléfonos móviles o lavadoras. Nosotros vendemos eficiencia energética”, explica Jaime de Jaraíz, Presidente y CEO de LG Iberia.
Y por eso nació el Movimiento Smart Green, en el año 2017. Un movimiento de sostenibilidad, que se creó en el momento en el que la marca fue consciente de que ya estaban haciendo eso, ya estaban trabajando por la eficiencia, sin considerarlo una actividad de responsabilidad social.
“Ya tenemos otras actividades de responsabilidad social, como nuestro programa para ayudar a recuperarse a gente que ha sufrido un ictus”. Pero en lo que corresponde a medio ambiente y sostenibilidad “lo vemos como el propio ADN de la compañía.
El Movimiento Smart Green es ir un paso más allá. Ser eficientes, ser sostenibles, consumir menos plásticos. Pero además LG ha querido crear un movimiento para no hacerlo solo ellos, sino que puedan unirse más empresas y que la sociedad pueda colaborar.
Desde LG creen firmemente que todos tenemos los mismos objetivos: evitar el calentamiento global, cuidar los ecosistemas, proteger el Amazonas. Pero el problema a veces es que no hay un movimiento común que ayude a canalizar esas ideas. Y por eso decidieron crear Smart Green.
Trabajar en energías renovables, que además permitan a España no depender de terceros. Tanto es así, que Jaime de Jaraíz cree que en unos años la energía podría ser gratuita.
Explica que hay una región de España que es el mejor punto del mundo para generar energía solar, pero que a su vez tiene una gran dependencia de combustibles fósiles. Se trata de las Islas Canarias.
Una clave sería liderar esta creación energética, centrarse en energías renovables y aprovechar el potencial que tiene España.