"Es tres veces más difícil que cierre una empresa de economía social con un mínimo de tres personas que un autónomo solo", señala Juan Antonio Pedreño, presidente de la Confederación Española de Economía Social, en una tertulia en la que hablamos de los puntos fuertes de la empresa social.
En tiempos de crisis, las empresas de economía social han destruido hasta diez puntos menos en empleo que el resto de las empresas del mercado. "La resistencia a cerrar el propio proyecto empresarial es mucho más alta que cualquier otro autoempleo individual, el autoempleo colectivo da una solidez diferente al proyecto", explica Pedreño.
La economía social prioriza a la persona por encima el capital, aboga por una gobernanza democrática, reinvierte la mayor parte de sus beneficios en el mantenimiento o la creación de empleo o en la mejora de la competitividad de su empresa. En definitiva, apuesta por el interés general antes que en el individual y por un desarrollo sostenible.
Dos ejemplos de empresas de economía social son MARES y REAS Madrid. En el caso de MARES, se trata de un proyecto de innovación urbana, cuyo objetivo es la creación de tejido productivo de calidad.
Se desarrolla en torno a cinco ejes: movilidad, alimentación, reciclaje, energía y cuidados. "Acompañamos a empresas y proyectos innovadores y les proporcionamos un sistema de asesoramiento especializado y espacios para la incubación y el desarrollo de sus propuestas bajo fórmulas que no son S.L. o S.A., sino cooperativas, asociaciones u otro tipo de formulaciones jurídicas", explica Laura Tejado, del equipo coordinación de MARES.
REAS Madrid es la entidad representativa del sector de la economía social y solidaria a nivel estatal. "Llevamos trabajando más de 20 años, es una de las entidades representativas de un movimiento que promueve un sistema económico alternativo pero que ya existe", aclara Elena Novilo, de la junta directiva de REAS Madrid.
Las empresas sociales, más resistentes en tiempos de crisis
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