El Banco de Inglaterra ha decidido mantener en el mínimo histórico del 0,25% el precio del dinero. En cuanto se ha conocido la decisión de la entidad monetaria la libra esterlina ha perdido los máximos de 11 meses frente al dólar en los que cotizaba durante la sesión matutina. La divisa británica se ha visto afectada también por las palabras del gobernador del BoE, Mark Carney, quien reconoce "que los efectos negativos del brexit se están empezando a notar", y que "la inversión prevista antes del referéndum podría caer en 2020 en un 20%". Además, son muchas las empresas que están buscando relocalizarse, lo que redundará en la salida de capitales del país.



Algunos miembros del BoE consideran apropiado empezar a subir tipos de interés en Reino Unido ante la subida de la inflación desde que los británicos decidieron abandonar la Unión Europea. Mientras, Carney incide en que la incertidumbre sobre la futura relación entre el país y el resto de socios comunitarios "está pesando sobre las decisiones de las empresas y hogares y frena tanto la oferta como la demanda".

Carney explica "en que no están presentes en las negociaciones de salida de Reino Unido de la Unión Europea, y por lo tanto deberán esperar a los nuevos acuerdos para hacer una previsión realista de dónde podría llegar la economía británica". Por el momento, "sólo se aplican los efectos negativos de ese brexit", pero el gobernador del BoE confía en que "los nuevos acuerdos comerciales que firme Reino Unido y el pacto al que finalmente se llegue con Bruselas permitan reconducir la economía británica".

En este contexto, y otro de los factores que más pondera en el recorte de la libra, es que la institución ha bajado su previsión de crecimiento para Reino Unido hasta el 1,7% este año, frente al 1,9%.