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El banco central nipón ha sorprendido a los mercados con nuevas medidas de estímulo para impulsar el crecimiento económico. Ha ampliado su programa de compra de activos, por primera vez en los últimos 18 meses, ya que su objetivo de inflación a largo plazo del 2% parece insostenible.
Las nuevas medidas muestran que el plan de revitalización económica impulsado por el primer ministro, Shinzo Abe, no ha obtenido los resultados esperados. El aumento de impuestos en abril ha afectado al gasto de los consumidores. La recuperación japonesa da la sensación de estar estancada por ese parón del consumo y la bajada de precios del petróleo.
El Banco de Japón incrementará compras anuales de bonos hasta 80 billones de yenes (726.000 millones de dólares por año) para incrementar la liquidez del sistema financiero, según ha explicado la entidad en un comunicado.
Ampliará la compra de deuda pública en unos 30 billones de yenes con un vencimiento de hasta 10 años, frente al actual con una media de 7 años. Además, comprará fondos cotizados (ETFs) y sociedades de inversión inmobiliarias cotizadas (J-REITs) a un ritmo de 3 billones de yenes y 90 billones de yenes respectivamente por año.
La decisión se ha tomado con cinco votos a favor y cuatro en contra.