¿Cómo es posible que el uso de las nuevas tecnologías no nos traiga aumentos de la productividad¿ ¿Y cómo entender que las empresas comienzan a circular a dos velocidades?
El menor crecimiento de la productividad en todo el mundo se explica precísamente por la elevada dualidad existente entre las empresas. A pesar del rápido progreso tecnológico, no todas las compañías se adaptan al mismo ritmo y existen algunas con altos niveles de productividad e inversión tecnológica, frente a otras que quedan muy rezagadas. El economista de CaixaBank Research, Javier García Arenas, reconoce en Capital Radio que se genera una economía a dos velocidades aunque a medida que las ventajas de la llamada cuarta revolución industrial se diseminen por la economía esta brecha se reducirá.
Otro elemento que afecta negativamente a esta dinámica de desigualdad en el tejido empresarial en el caso español son los efectos relativamente persistentes de la crisis, que siguen afectando a la productividad y los niveles de inversión.
En la clasificación de productividad del centro de estudios, España se sitúa en una zona media, en la posición decimoquinta, de manera que aún está lejos de las posiciones que ocupan países como Luxemburgo, Noruega o Estados Unidos. Como parte de la solución, el economista de CaixaBank recomienda adaptar la formación educativa a las necesidades laborales y apostar por la transformación tecnológica.
Esta es la razón por la que la tecnología no mejora la productividad
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