Este martes, el Consejo de Ministros ha aprobado la primera fase de la esperada reforma de las pensiones, tras la firma del acuerdo entre Gobierno y agentes sociales. Como ocurre a menudo, el anuncio de las nuevas modificaciones viene envuelto en un lenguaje muy técnico y enrevesado. Y los medios de comunicación lejos de facilitar su comprensión, se han dedicado a extender el galimatías.
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Mientras tanto, las pensiones siguen representando una de las mayores preocupaciones de la sociedad española. Más aún, en la generación del "baby boom" (1960 a 1975), que a pocos años de jubilarse y tras décadas de trabajo cotizado, no sabe si tiene garantizada su merecida pensión. Tampoco ayudan a calmar los ánimos las recientes palabras del ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, que dio a elegir entre trabajar más años o sufrir “un pequeño reajuste en la jubilación”.
Cómo no sabemos hablar `político´, hemos consultado a Pilar Sánchez Iglesias, directora de Previsión Social de IDEAS S.A. y miembro de OCOPEN, para que haga de traductora y nos explique, en lenguaje de andar por casa, todo lo que debemos saber sobre esta nueva reforma.
Primero, ¿por qué esta nueva reforma?
“Se trata de la primera parte de la reforma de las pensiones para incorporar algunas de las recomendaciones aprobadas por el Pacto de Toledo el pasado otoño. Y es importante resaltar que es el primer pacto sobre pensiones en el marco del diálogo social desde el año 2011”, cuenta Pilar Sánchez.
Aún queda por negociar la segunda parte de esta nueva reforma, para lograr “la suficiencia a medio y largo plazo del nuevo sistema que entrará en vigor en 2022”.
5 claves para entender la nueva reforma de las pensiones
En primer lugar, Gobierno cumple una de sus principales promesas “revalorizar las pensiones con el IPC, lo que quiere decir que las pensiones se incrementarán según la media de la variación de los precios de la cesta de bienes y servicios de noviembre del año anterior”. Para calcular el IPC se seleccionan productos concretos que se asemejan al consumo familiar: alimentos, calzado, carburantes, transportes…
Pero si las pensiones se incrementan según la inflación media anual registrada en el año anterior, qué ocurre si ese dato es negativo: “las pensiones no se modifican, se congelarán para no perjudicar a los pensionistas”, explica la experta.
En segundo lugar, uno de los reclamos populares es la edad de jubilación. “Van a tener una gran repercusión las modificaciones que pretenden conseguir que nos jubilemos más cerca de la edad legal de jubilación”. Un ejemplo real: “en 2021 la edad legal de jubilación es 65 años si se tienen 37,25 o más años cotizados y si no es así la edad legal de jubilación es 66 años. Estas edades se van incrementando paulatinamente hasta 2027, año en el que la edad legal de jubilación será 65 años si se tienen al menos 38,5 años cotizados y si no es así la edad legal de jubilación será de 67 años”.
Para lograr que las personas se jubilen más cerca de la edad legal de jubilación “se premia con un 4% más de pensión por cada año de demora en la jubilación” y se castigará con el conocido coeficiente reductor a quién adelante de forma voluntaria su jubilación. Es decir, “Una persona con menos de 38,5 años cotizados que adelante de forma voluntaria dos años su jubilación experimentará una reducción del 21% sobre su pensión prevista, y si acredita más de 44.5 años de cotización el porcentaje será de 13%”.
Tercera clave, medidas encaminadas a proteger a las personas que fueron despedidas antes de 2013 y que no han vuelto a encontrar trabajo, por lo que “podrán elegir que se les aplique la legislación de jubilación que les sea más beneficiosa".
En cuarto lugar, “señalaría las modificaciones que implicarán nuevos derechos. La reducción del 75% en la cotización de los becarios o el acceso a la pensión de viudedad por parte de las parejas de hecho, para equipararlo al de las parejas casadas”.
Por último, “el Gobierno renueva su compromiso como garante público del sistema de pensiones y se compromete a realizar una transferencia todos los años a través de los Presupuestos Generales del Estado del entorno de un 2% del PIB”, la profesional de OCOPEN. También, prevé la creación de la Agencia Estatal de Seguridad Social.
Y, ¿qué hay de la segunda parte de la reforma?
“La segunda parte de la reforma debe resolver dos cuestiones fundamentales: cómo sustituir el denominado factor de sostenibilidad y por otro lado, determinar, de una vez por todas, el nuevo sistema de cotización de los autónomos”, adelanta Pilar Sánchez.
Por aclarar conceptos, el factor de sostenibilidad es una medida correctora que se ha estado practicando en diversos países de la Unión Europea como el nuestro, para corregir el efecto de una mayor esperanza de vida. Previsiblemente, “será sustituido por un mecanismo de equidad intergeneracional, aplicable a partir de 2027, que todavía debe aprobarse por los interlocutores sociales en la segunda parte de la reforma”. El objetivo es “encontrar una fórmula que evite que el peso de la jubilación de los baby boomers recaiga en las generaciones más jóvenes”, sostiene la experta.
En cuanto al segundo reto, “la idea es que los autónomos coticen en función de sus ingresos reales- los que declaran fiscalmente, y no por tramos”.
Todas estas enmiendas persiguen un objetivo claro que todos los gobiernos anteriores se han propuesto sin éxito, "garantizar la suficiencia del sistema de pensiones". Ya sabemos que el envejecimiento de nuestra población y la baja tasa de natalidad amenazan una de las conquistas más preciadas de nuestro estado del bienestar. Aunque, el ejecutivo y los medios de comunicación se compliquen a la hora de hacer pedagogía y trasmitir estos mensajes.
Pero ahora que hemos comprendido las herramientas con las que contamos para hacer frente a este desafío, cada uno puede sacar sus propias conclusiones.