La Semana Santa es una de las celebraciones más profundas y arraigadas que deja al penitente y al curioso observador unas sensaciones imborrables.
Las ‘tamboradas’, los desfiles, ensayos previos… La Semana Santa son 365 días de duro trabajo, tensión y emoción a la par, y un puñado de palabras gritadas al viento llenas de sentimiento.
De todos los lugares del mundo, en Andalucía la Semana Santa se vive de manera muy especial. Participan hermandades con siglos de antigüedad y las calles se convierten en el escenario de fe, fervor y auténticas obras de arte.
Sevilla y sus barrios de La Macarena y Triana son algunos de los escenarios que acogen los más de 120 pasos y 62 cofradías. Una Semana Santa llena de historias de hombres y mujeres marcados bajo mantos de lirios morados que sienten más que nunca con La ‘Madrugá’ la noche del Jueves Santo al Viernes.
Granada es otra de las ciudades que luce más bella que nunca con sus cruces y sus famosas procesiones, más de 30, en las que destacan la espectacularidad de imágenes como la del Cristo de los Gitanos el Miércoles Santo o la de Santa María de la Alhambra, el sábado, con su punto culminante en la Puerta de la Justicia del propio Palacio de la Alhambra.
En Málaga nos encontramos con pasos de los más espectaculares. A pesar del cansancio, los nazarenos comienzan a mecer los tronos de El Prendimiento, Los Gitanos, El Rocío, La Paloma o La Esperanza… En un marco cargado de solemnidad, tiene lugar la Procesión de Los Legionarios que trasladan al Cristo de la Buena Muerte, levantándolo a pulso, bajo la atenta mirada del mar, al son del himno Nacional, mientras cientos de hermanos de la cofradía aplauden llenos de emoción.
Las campanillas rompen el silencio de la impresionante procesión del Yacente en Zamora el Jueves Santo.
Esta Semana Santa es sobria, elegante y sentida, además de contar con la cofradía más antigua de España, la de la Vera Cruz. 17 hermandades salen a la calle desde el siglo 13 creando un amplio abanico de sensaciones en el público. Emociona el canto del ‘Jerusalem, Jerusalem’, en el que los cantores van desfilando y su ritmo se adapta a la cadencia lenta que marca el paso… impactan el Cristo de las Injurias y el ‘Juramento del Silencio’; el paso ‘Cinco de Copas’ en la madrugada del viernes y la ‘Procesión de los borrachos’, donde la tradición manda tomar sopas de ajo.
Si nos trasladamos a Valladolid, ciudad en la que la Semana Santa se vive con especial devoción, nos impacta la desgarradora belleza de las tallas que acompañan a cada paso, y que se ha convertido en la mejor seña de identidad de esta Pasión. Destaca el Sermón de las Siete Palabras, que tiene lugar el Viernes Santo en la Plaza Mayor. En la Procesión del Encuentro, el Martes Santo, la imagen desconsolada de la Virgen se encuentra con su hijo en la Calle de la Amargura, sobrecogiendo al espectador. Como también lo hace el Santo Entierro, en el que es imposible apartar la vista de la talla de Gregorio Fernández, trasladada en completo silencio por las calles de la ciudad.
Descendemos por nuestra península ahora para parar en Cáceres, donde su Semana Santa se ha ganado a pulso el título de Interés Turístico Internacional.
Tras una popular bendición de palmas, La Procesión de la Burrina, el Domingo de Ramos, supone el pistoletazo de salida para una semana en la que el plato fuerte se encuentra el Jueves Santo con la Procesión del Humilladero, un paso que data de la época gótica y que llama la atención del espectador por la expresión resignada de Cristo.
También merece la pena formar parte del Vía Crucis del Espíritu Santo, el Viernes Santo, en el que el Cristo de la Preciosa Sangre recorre crucificado las calles de Cáceres y la Ceremonia del Descendimiento, también el Viernes, en la que el Cristo yaciente es desclavado de la cruz por dos sacerdotes.
No podía faltar en nuestro recorrido la Semana Santa de Murcia, en la que las imponentes tallas del artista Salzillo consiguen dotarla de una personalidad única, imposible de imitar.
La procesión más llamativa es la que tiene lugar el Viernes Santo y que recibe el nombre de Los Salzillos. En ella, más de cuatro mil nazarenos, penitentes y mayordomos, recorren las calles de la ciudad portando tallas que son verdaderas obras de arte. El fervor lo encontramos representado en la imponente Procesión del Silencio, el Jueves Santo, la Procesión de Nuestro Padre Jesús, o la Procesión de Los Coloraos, en la que participan más de tres mil nazarenos y niños que entregan caramelos y obsequios.
Mención especial merece la Semana Santa de Lorca, declarada Fiesta de Interés Turístico Internacional desde el año 2007 gracias a su arraigo, puesta en escena y originalidad.
Y hasta aquí llega nuestra primera parada en el viaje por la Semana Santa. Qué nos decís, ¿os venís?