La demanda de viviendas de alquiler continúa en ascenso aunque los precios de las rentas no paren de subir. Ello es así, observan los expertos del sector inmobiliario, porque no existe suficiente oferta de promociones de obra nueva. De igual manera, nos encontramos en un contexto de incremento de tipos de interés que impacta negativamente en las hipotecas. Y, por si fuese poco, la inflación se deja notar en los costes de construcción.
De ahí que muchos ciudadanos hayan decidido aplazar la adquisición de una vivienda. Y en su lugar han optado por alquilar. Sin embargo, una vez en el piso o casa arrendado, el alquiler no se limita a pagar la mensualidad al casero. Además, los arrendatarios asumen unas responsabilidades. Por dicho motivo, los profesionales del sector asegurador hacen hincapié en que los seguros de hogar para inquilinos evitan problemas.
Seguros de hogar para inquilinos: ¿obligatorios o recomendables?
Por ley, los seguros de hogar para inquilinos no son obligatorios. Pero sí muy recomendables. Ello es así porque, en el supuesto de que lo tenga contratado, el seguro del casero no brinda protección a los arrendatarios. Por ello, al arrendar una vivienda es importante saber diferenciar entre un seguro de hogar para propietarios y uno de alquiler.
En el caso del primero, cubre el continente. Es decir, los elementos que conforman la vivienda, desde suelos, paredes y techos hasta puertas y ventanas, pasando por las instalaciones eléctrica y de agua. Del mismo modo, este tipo de póliza puede cubrir el contenido; por ejemplo, los muebles y electrodomésticos que haya dejado el dueño en el inmueble y se vean afectados por un siniestro.
Sin embargo, el seguro de hogar contratado por un propietario no se hará cargo de los daños que provoquen sus inquilinos ni de otras contingencias relacionadas con ellos. Razón por la que es aconsejable que un arrendatario contrate un seguro específico.
¿Qué coberturas incluye un seguro de hogar para inquilinos?
Olvidarse de cerrar un grifo de agua y provocar humedades o goteras a otra vivienda es un ejemplo claro de los daños que se pueden causar a terceros. En una situación así, los desperfectos ocasionados no estarían cubiertos por la póliza del casero y tendrían que ser afrontados por los arrendatarios. En este caso, gracias a la cobertura de Responsabilidad Civil, el seguro de hogar para inquilinos se haría cargo de la indemnización al vecino perjudicado.
Y otro ejemplo de su utilidad es la posibilidad de que se produzca un robo y los ladrones sustraigan pertenencias de los arrendatarios como ropa o dispositivos electrónicos. Algo más habitual de lo que se piensa, ya que en nuestro país se registran en torno a 80.000 robos con fuerza en viviendas al año.
Igualmente, los seguros de inquilinos incluyen otras coberturas. Entre ellas, las entidades aseguradoras ofrecen asistencia en el hogar, reposición de llaves y cerraduras o una indemnización si se estropean los alimentos refrigerados en la nevera a consecuencia de un corte de luz.
Y si así desea, algunas compañías permiten ampliar el nivel de aseguramiento con garantías opcionales como asistencia informática, protección de joyas y objetos de valor, protección de mascotas y animales de compañía, etc.