Desde El Viajero de la Ciencia nos hemos acercado a este problema desde dos puntos de vista. El de dos investigadores de la Universidad Internacional de La Rioja, Joaquín Manuel González-Cabrera que estudia el ciberacoso, y Manuel Jiménez, que indaga en el rendimiento deportivo.
Ambos están llevando a cabo diferentes estudios a través del análisis de los niveles de cortisol, la hormona del estrés, en la saliva.
"El móvil es una granada de mano en las manos de muchos niños"
En el caso de González-Cabrera, en un reciente estudio, ha observado que son las víctimas de ciberacoso que están en riesgo de convertirse en graves las que mayores niveles de cortisol generan. "Esas víctimas ocasionales o esporádicas se levantan por la mañana y no saben si les ocurrirá algo o no, las graves tienen niveles altos también pero no tanto por un efecto de costumbre, son los acosadores los que menos cortisol segregan porque piensan que dominan la situación", ha explicado.
¿Cómo pueden percibir los padres que existe ciberacoso o acoso tradicional? "A través de variables de comportamiento habitual: el niño ya no habla tanto del colegio como antes o evade el tema directamente, el niño está más nervioso, o le cuesta más ir al colegio un lunes...". En el futuro será posible hacer pruebas para prevenir, pero hoy sobre todo hay que "concienciar a los observadores", explica, para que denuncien la situación.
También los padres tienen un papel en este sentido "el teléfono móvil es una granada en la mano de muchos niños, es necesario un espacio en la formación para el móvil, trabajar desde el colegio la empatía, las habilidades para la resolución de conflictos y dar formación adicional.
Estrés, deporte y rendimiento
Por su parte, Manuel Jiménez, nos ha explicado cómo por el nivel de cortisol en saliva puede llegar a predecir el rendimiento de un futbolista. "No solemos darnos cuenta, pero los jugadores sufre un gran estrés por la presión social, los medios de comunicación, los propios espectadores y los resultados, de que encadenen victorias o derrotas también dependen muchos su rendimiento".
Según Manuel Jiménez, esto mismo se puede aplicar a otros ámbitos de la vida. "Desde la Revolución Industrial se han producido cambios en el mundo laboral que hacen que nuestro cuerpo se sienta continuamente perseguido por el león, los horarios, el transporte... todo esto nos afecta y todavía no hemos aprendido a gestionar ese nivel contínuo de estrés que nos puede llevar a sufrir la enfermedad del siglo XXI, la depresión mayor".
Pero hay un espacio para la esperanza. Según los expertos podemos dotarnos de habilidades para manejar las respuestas al estrés porque como asegura Jiménez citando a un reconocido científico "la naturaleza humana es no estar condicionados por la naturaleza". Todo depende nuestro autocontrol y de nuestra educación emocional.