La Asamblea de la OTAN ha sido el tema de la entrevista Capital con Ernesto Pascual, profesor de los Estudios de Ciencia Política de la UOC. En la tertulia han participado Francisco Navarro, vicedecano del Instituto de Empresa; Manuel Moreu, ex presidente del Instituto de Ingeniería de España y Antonio Miguel Carmona, profesor de economía de la Universidad San Pablo CEU.
Lo que unió a la Organización del Tratado del Atlántico Norte hace 70 años ya no se sostiene. Ha quedado patente en su aniversario, celebrado esta semana en Washington, a pesar de que la Alianza Atlántica siempre pueda mirar de reojo a Rusia o China. Las importantes diferencias en el enfoque de seguridad, además del comercio, y el hecho de que el mundo en el que se creó la OTAN ya no existe, han dejado a la organización sin objetivo principal, sin hoja de ruta.
“Ha intentado reconfigurarse pero sin mucho éxito, no tiene competencias ni se ha reconformado para responder a los desafíos actuales como el terrorismo o la ciberseguridad”, explica Ernesto Pascual, profesor de los Estudios de ciencia Política de la Universitat Oberta de Catalunya.
Mike Pompeo insiste en la necesidad de frenar las pretensiones agresivas de Rusia, China e Irán, pero los Estados Unidos de Donald Trump no están por la labor. A su vuelta al aislacionismo se suman las presiones sobre los socios para que aumenten el gasto militar y en este contexto Europa tampoco parece dispuesta. A la resaca de la crisis se unen desafíos internos como el brexit, así que los socios del Viejo Continente están poniendo encima de la mesa la opción de crear su propia estructura de seguridad y defensa.
“Europa ve ahora mismo a la OTAN como si solo fuera un mercado donde vender armas”, señala Pascual. Es la “tormenta perfecta” para que llegue el fin de la OTAN. Su futuro dependerá de si es capaz de transformarse y afrontar “nuevos retos como el ciberterrorismo global y formar un bloque de intereses común en materia comercial”.
Pascual vaticina, sin embargo, que este proceso todavía no llegará: “Habrá un periodo de letargo mientras dure la presidencia Trump”.