Derrumbe de la lira turca. Sangría en la divisa de un país que dirige con mayor de hierro Recep Tayyip Erdogan. Y desde las costas de un Mar Negro, cada vez más oscuro, miramos al estante del supermercado.
¿Son ustedes de los que compran Nutella? Pues sepan que su precio, por los vaivenes de la moneda turca, será el que Ankara quiera. ¿Por qué es esto?
Escucha la historia completa en este podcast de Mercado Abierto:
Los vaivenes de la divisa turca en mano de Recep Tayyip Erdogan ponen en peligro la exitosa fórmula de la pasta de cacao
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Más de cuatro millones de trabajadores para producir alrededor del 70% de la avellana mundial. Este es un claro ejemplo de porqué las desviaciones en la lira turca pueden afectar a una marca que depende de este fruto seco.
La crisis monetaria del país ha sacudido a la cadena de suministro y desde las llanuras irregulares de la zona hasta el Mar Negro, los avellanedos de Turquía viven firmando sobre el rojo bermellón de las pérdidas. Una lira turca débil incentiva las exportaciones, expande la producción, pero reduce los ingresos.
Y aquí tenemos a la tormenta perfecta. Porque en el centro de la vasta industria de la avellana turca, la lira que se desploma y esto está elevando el coste de los fertilizantes, semillas, pesticidas y demás productos básicos para mantener le negocio en pie.
Las fábricas de frutos secos están pagando más por la energía, el embalaje y el transporte. Se espera que, con la recuperación económica de fondo, aumenten los costes laborales con un salario mínimo que tratará de mantener el ritmo de crecimiento sobre la inflación, en el entorno del 15%.
¿El resultado? Que quienes en su día fueron los hacendados productores de avellanas de Turquía se están volviendo cada vez más pobres y sus centros, poniendo en peligro el suministro mundial de productos ahora básicos e imprescindibles en cualquier despensa como la leche de avellana o Nutella, la pasta de cacao que hace las mieles de los niños que ahora, será más cara.
A día de hoy es Ferrero, la firma italiana propietaria de Nutella, la responsable de comprar alrededor de un tercio de las avellanas que exporta Turquía.
Vaivenes por Erdogan
Un país donde en noviembre su presidente, Recep Tayyip Erdogan, recortara las tasas de interés y hundiera, en toda regla, a la economía del país. Tras despedir a varios gobernadores en el Banco Central de Turquía y oponerse a su junta de directivos, la ortodoxia económica del país se hundía y la avellana turca, de su mano.
La lira, solo en noviembre, perdió el 30% de su valor, de ayer a hoy, se ha recuperado en un 40% después de que Erdogan interviniera alegando que sus medidas estaban en consonancia con los principios islámicos.
El banco ha vendido miles de millones en moneda extranjera en un esfuerzo por estabilizar la lira desde principios de diciembre y aboga por recortar las tasas de interés para fomentar el crecimiento económico porque cree que éstas, reducirán la inflación, contrariamente a los principios de la economía dominante y siglos de datos macroeconómicos.
Erdogan defiende que la transformación de la economía llegará con el incremento de las exportaciones, pero la avellana no dice lo mismo.
En el corto plazo, la estrategia de Erdogan ha tenido cierto éxito para impulsar las exportaciones, que en noviembre alcanzaban un registro récord sobre 21.500 millones de dólares, un 33,4% más que hace un año.
Pero los ahorros de los turcos se desvanecen, la lira se hunde y el mercado no acompaña.
Leche, cacao y... ¿avellanas?
También hay indicios de que la estrategia del gobierno está perjudicando a las industrias basadas en la exportación a las que dice querer ayudar, como es el caso de la de la avellana.
Hasta ahora y, por ejemplo, han sido los exportadores de textil los que han protestado contra esta situación diciendo que las fluctuaciones en la lira están haciendo, desde hace meses, que sea casi imposible establecer precios y hacer negocios con el extranjero.
La disminución del poder adquisitivo de las empresas turcas y la inestabilidad general de la economía también podrían terminar provocando una desaceleración económica o incluso una recesión tal y como nos han insistido nuestro analistas en las últimas semanas.
En el caso de las avellanas, por ejemplo y según datos publicado por The Wall Street Journal, solo el precio de los fertilizantes, casi se han triplicado en el último año, lo que hace insostenible el negocio en el medio plazo.
El miedo está ahora en perder cuota de mercado frente a otros competidores como Italia, Georgia o Estados Unidos. De momento, tengan cuidado, que llega la Navidad y mientras la lira se hunde, la Nutella del supermercado, lejos de endulzar puede terminar agriando algún que otro plato de su mesa.