Ryanair ha presentado sus cuentas en una semana muy complicada por las huelgas convocadas por los tripulantes de cabina, con más de 600 vuelos cancelados en España, Portugal, Italia y Bélgica. Su beneficio neto trimestral ha bajado un 20% y su consejero delegado ha aprovechado para amenazar a los tripulantes de cabina y pilotos de que algunos de ellos pueden perder sus empleos si siguen adelante con las huelgas.
La aerolínea también ha señalado que sus tarifas serán más bajas de lo esperado en su periodo clave, el verano. Los motivos son la alta competencia, el calor inusual en el norte de Europa y la incertidumbre causada por una serie de huelgas. Estas tarifas más bajas, combinadas con la subida de precios de personal y combustible han causado que el beneficio de la aerolínea haya caído un 20% en el último trimestre fiscal. Pero estos resultados, que han sido de 319 millones de euros, están en línea con lo previsto, incluso un poco por encima de la previsión inicial de 305 millones de euros. Las acciones han reaccionado con recortes de más de un 5% en la apertura y ha arrastrado a sus rivales como EasyJet, IAG o Lufthansa.
El consejero delegado de la aerolínea, Michael O’Leary, ha transmitido que Ryanair considera trasladar aviones de algunos mercados, incluida Irlanda, si continúan los trastornos, y que esto podría llevar a la pérdida de trabajos. O'Leary ha dicho que la empresa “no puede permitir” que los vuelos de sus clientes sean cancelados “por una minoría de pilotos”, y ha reafirmado su previsión de beneficios para el año, entre 1.025 y 1.350 millones de euros.
Los resultados de Ryanair vienen después de que EasyJet, la segunda mayor aerolínea lowcost de Europa, haya aumentado sus beneficios y prevé un incremento de sus ingresos de un 45% este año. Norwegian AirShuttle, otra compañía en crecimiento importante, también batió las expectativas en julio.