Las materias primas siguen su particular escalada. Sin hacer caso a lo que ocurre más allá de sus muros, la madera, el acero o el cobre están viviendo un rally que, en silencio, avanza inexorablemente. ¿Cómo nos afectará al bolsillo? ¿Cuáles son las razones?
Escucha la historia completa en este podcast de Mercado Abierto:
Por materias primas: el precio del cobre se ha disparado un 102% desde los mínimos de 2020. El aluminio ha subido un 56%; el petróleo, un 106% y el acero corrugado, un 78% y la madera, ni más ni menos, que un 400%
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Por materias primas: el precio del cobre se ha disparado un 102% desde los mínimos de 2020. El aluminio ha subido un 56%; el petróleo, un 106% y el acero corrugado, un 78% y la madera, ni más ni menos, que un 400%.
Con estos datos es imposible no pensar en una nueva “crisis” del ladrillo. Lo venimos hablando desde hace ya tiempo aquí, en Mercado Abierto, con las materias primas al alza y los cuellos de botella como telón de fondo, la inflación sigue su escalada (por transitoria que esta vaya a ser, según las autoridades) y con ello, un sector tan ligado al devenir económico de los países, el de la construcción ve que su futuro está complicado.
Desde que comenzó el año, los costes para poner en pie un edificio han crecido un 10%. Una subida que a nadie se le escapa. se terminará trasladando a los consumidores y los precios que se paguen en un futuro, o bien por una casa, o bien por la construcción de un recinto, un puente…
El caso de la madera
Según los datos de Refinitiv que hemos consultado, el precio de la madera toco sus máximos históricos el pasado 10 de mayo, hace poco más de un mes, en los 1.670 dólares (septuplicando sus mínimos). Una cifra que corrigió de inmediato, en apenas siete días, el 18 de mayo, cotizaba en el mercado de futuros en los 1.264 aunque volvió a subir, en dos días, hasta los 1.453. Y ahora, vuelve a la media con cotizaciones en el entorno de los 900 dólares aunque, todo hay que decirlo, son cifras que están muy lejos de los mínimos del año pasado en apenas los 260 dólares.
¿Y a qué se debe esta alta volatilidad? han sido varios los factores que, hasta ahora, se han conjugado para provocar estos rallies. El primero de ellos… los aranceles contra la madera china aprobados durante la administración de Donald Trump tal y como nos confirmaba a Mercado Abierto, Pierre Lemarquier, director de operaciones de Pouey International.
Cronología del conflicto
Después, en 2019, una caída de la demanda, unos niveles excesivos de inventario y unas condiciones climáticas adversas hicieron que los proveedores de madera cerraran factorías, redujeran la producción y, en consecuencia, la presión sobre los precios cayera.
Esto en 2019. ¿Y en el 2020, el año de la pandemia? mejor no le fue. Con el mundo parado por la COVID-19 y la bajada de los tipos de interés así como la tendencia de los estadounidenses a querer, cada vez más, comprarse una casa los precios se “dispararon” y los fabricantes y constructores no supieron qué hacer.
Empezó 2021, el repunte se ha agudizado, los aserradores no han sido capaces de aumentar la producción tanto como el mercado demanda y los problemas se están multiplicando. En definitiva, tal y como resume Chuck Fowke, presidente de la Asociación Nacional de Constructores de Viviendas el aumento de la demanda y la caída de la producción, han provocado las subidas de los precios.
Los futuros de la madera se han disparado más de un 60% en lo que va de año y los analistas no esperan ningún alivio hasta finales de 2021. Además, la mano de obra, es decir, los trabajadores de los aserraderos, han caído un 30% porque como alerta el mercado, los estadounidenses (con el cheque en el bolsillo) no quieren trabajar.
Los empleados en el sector han caído un 30% con respecto a los datos de hace 20 años, según datos de la Oficina de Estadísticas Laborales.
Pero la mano de obra no es el único problema de suministro a largo plazo. El cambio climático y las condiciones meteorológicas extremas amenazan la explotación forestal. Las nuevas plagas de escarabajos y los incendios forestales, tampoco ayudan.
¿Subidas de las viviendas?
¿Cómo se traslada esto al mercado de la vivienda? en pocas palabras, en un aumento de precios. Según un análisis de la Asociación Nacional de Constructores de Viviendas, el precio medio de una casa unifamiliar ha subido casi 36.000 dólares en un año como consecuencia de este aumento de los precios de la madera hasta superar los 329.000 dólares, casi un 18% que hace un año, cifra récord desde que hay datos (esto es, 1999). Así nos lo confirma Lemarquier, quien habla de los problemas que podrían tener las empresas a la hora de recibir los pagos de los clientes.
Pero las subidas no solo afectarán a la vivienda. Tendrán un impacto también, según Lemarquier, sobre productos de consumo como las pinzas de tender.
Una realidad que está cruzando los límites de la legalidad y es que tal y como denuncian en numerosas ocasiones los aserraderos, se están registrando robos de madera (sin causa aparente).
Actos que fomentan las subidas de los precios y que han convencido a la mayoría de serrerías que producían madera para la exportación a dejar de hacerlo y hacer solo calidades para el mercado doméstico. De hecho, en Estados Unidos, los fabricantes están pidiendo al gobierno de Joe Biden que ponga en marcha nuevos aranceles contra la madera de importación canadiense para proteger el mercado nacional.
¿Terremoto en los mercados?
¿Y qué ha pasado con las principales empresas del sector en los mercados? en el caso de Canfor, cotizada en la Bolsa de Toronto, ha seguido, prácticamente, el mismo dibujo en el gráfico que la madera. El 10 mayo la canadiense estaba en máximos a un precio por acción que superaba los 34 dólares, ahora, es verdad, ha corregido y se sitúa en casi los 28 precios ligados a sus máximos históricos de junio de 2018. En resumen, las subidas son del 107%.
¿Y West Fraser Timber? pues la mayor proveedora de madera del mundo ha tenido cambios más “llevaderos” con máximos entre abril y mayo en el entorno de los 106 dólares. Ahora, queda por encima de mínimos en los 88 dólares. Aquí la empresa ha ganado un 80%.
Así las cosas la madera mira al cielo sin tener muy claro cuál es su objetivo mientras que el mercado se mueve a golpe de arancel, robos y cuellos de botella que provocarán una subida de los precios, como hemos dicho, de hasta las pinzas de tender.