En "Uno de los nuestros" te contamos la avalancha de demandas que le están llegando a Bayer y esa última sentencia que obliga a la compañía a pagar 2.055 millones de indemnización a un matrimonio que ha desarrollado cáncer a causa del glifosato, un herbicida de Monsanto.
Tras dos multas millonarias llega ahora la tercera, dictada por un jurado del distrito norte de California. Da la razón a un matrimonio que acusó a la compañía de que su herbicida Roundup les causó cáncer, por lo que les tendrá que pagar 2.055 millones de dólares, 1.000 millones de dólares a cada uno de ellos como indemnización punitiva, y otros 55 millones por facturas médicas y demás.
Bayer ya ha anunciado que apelará el veredicto al tiempo que ha recordado que la Agencia de Protección Ambiental (EPA) considera al pesticida seguro. La EPA reafirmó su postura en abril y señaló que el ingrediente activo que contiene el herbicida, el glifosato, de ninguna manera representa «riesgos graves» a las personas expuestas a la sustancia, en granjas, patios y caminos, o como residuo en los cultivos.
No obstante, en los juicios celebrados hasta ahora los peritos han relacionado directamente el glifosato con el desarrollo de cáncer, al tiempo que las defensas se han escudado en la capacidad de influencia de la empresa sobre instituciones como la EPA. Los jurados repiten su veredicto una y otra vez.
Se trata de la sanción más cuantiosa hasta ahora por este mismo asunto en EE.UU., después de que en agosto pasado un jurado de San Francisco condenara a la empresa a pagar 289 millones de dólares (luego rebajados por un juez a 89 millones) a un jardinero y en marzo otro jurado le ordenase pagar 80 millones a un vecino de California.
En este caso, la indemnización llega a un nivel insostenible para la compañía y podría arrastrar con ella a la química alemana a la que pertenece. Las acciones han caído un 30% desde que llegaban las primeras condenas.
En 2018 el beneficio neto de Bayer fue de unos 1.700 millones de euros, lo que supone un 77% menos que el año anterior, por el impacto negativo de la compra de Monsanto. Estas cifras dan una idea del golpe que supone esta indemnización para Bayer. Pero es que además tiene pendientes unas 13.000 demandas por casos similares solo en EE.UU.
La empresa está acusada de negligencia en los informes periciales por no comunicar a los usuarios que el compuesto químico suponía una amenaza para la salud. El producto se continúa vendiendo sin recoger ninguna advertencia de su peligro cancerígeno.
A esto se suma que algunas prácticas empresariales de la compañía podrían conllevar además nuevas sanciones. Y es que se ha sabido que Monsanto espió en 2016 a más de 200 políticos, científicos, periodistas y líderes agrícolas para averiguar sus posiciones respecto a los organismos genéticamente modificados (OGM). Aunque los datos que recabó Monsanto incluye también informes sobre sus pasatiempos, capacidad de ser influenciados, además de direcciones y teléfonos personales.
El pasado viernes, un fiscal de París abrió una investigación preliminar sobre el asunto y la denuncia acusa a la compañía de recoger esos datos personales, de forma fraudulenta e ilícita, con el objetivo de reprimir críticas y presionar a algunos actores para conseguir la aprobación de pesticidas, incluido el polémico herbicida Roundup.