Tras la reciente polémica en torno a Glovo, por la muerte de uno de los repartidores, y por los juicios que tienen pendientes estas plataformas, por la precariedad de sus condiciones laborales, hablamos con Juanjo Lavergne, portavoz de Riders x Derechos.
Este viernes se celebra un juicio en el que se enfrenta la Tesorería General de la Seguridad Social con la empresa de reparto de comida a domicilio Deliveroo. Este juicio, que nace de una investigación de Inspección de Trabajo que consideró que 531 repartidores de esta empresa eran falsos autónomos, se debía celebrar en diciembre. Sin embargo, Asoriders, la Asociación de Mensajeros, consiguió aplazarlo hasta este viernes 31 de mayo. La plataforma Deliveroo no atendió a los primeros llamamientos, pero ha sido y será advertida hasta con cinco avisos de que o corrige el error de oficio, o la multan.
Según Juanjo Lavergne, de la plataforma Riders por Derechos, estas plataformas ya llevan en total “once juicios en primera estancia”, para once personas, entre las que “siete han dicho que son falsos autónomos y cuatro, que tienen una autonomía total”. De los siete, “uno es de Deliveroo, uno de Take It Easy y 5 son de Glovo. Los que han declarado en contra, los cuatro son de Glovo”.
Europa también se ha involucrado en la polémica y pone sobre la mesa la aplicación como prueba principal. En España, por ejemplo, “la herramienta principal es la app, lo es todo”. En algunos países donde estas empresas están siendo juzgadas, según Juanjo, “están diciendo que la herramienta principal la ponen los repartidores”. En este caso, tendrán que demostrar y juzgar si realmente funcionan a través de la aplicación o no, ya que si la app es la herramienta principal, serían definitivamente falsos autónomos. La aplicación organiza el trabajo de los trabajadores y el autónomo no tiene ningún tipo de organización.
En relación a los casos en los que los jueces le dan la razón a la empresa, según Juanjo, son por la “cuestión principal” de que esta aplicación es una “novedad” y que hay “jueces que no tienen herramientas necesarias para saber lo que es una aplicación”. Para el colaborador de la plataforma Riders por Derechos, sería necesario un “training para nuevas tecnologías”. Aunque asegura que estas empresas realmente son “la mensajería de toda la vida, hay necesidad de un producto, el cliente lo pide y la empresa se lo lleva”.
Juanjo asegura que este tipo de empresas no son meros intermediarios, sino que son “una parte interesada buscando partners y se nutren de ellos. Buscan crecimiento a través de ellos”. Las plataformas crean contratos con los grandes hosteleros y cadenas y les ofrecen servicios en las horas punta del viernes, sábado y domingos. Para asegurarse del buen servicio, las empresas mandan a sus repartidores a ubicarse en un punto estratégico que esté cerca de X establecimiento o en X zona, prometiéndoles “una alta demanda”, es decir: bastantes pedidos.
En relación con el reciente caso del repartidor de Glovo fallecido en Barcelona, la empresa ha respondido que “al no estar dado de alta legalmente no ha recibido la formación”. Juanjo asegura que estas situaciones ya están denunciadas. Sin embargo, siguen en auge los casos en que los riders tienen “varias cuentas en varias plataformas que subcontratan a personas sin papeles, quienes van a hacer muchas horas de lunes a domingo para conseguir, además, el dinero para el arrendatario”.