Frustraciones en la Bolsa de París. Al segundo intento y siete años después, Deezer, el competidor francés declarado de Spotify, sale a bolsa y se hunde sobre los dos dígitos. El servicio de música en streaming de Pinault y Pigasse se valoraba en más de 1.000 millones de euros tras facturar 400 millones el año pasado.
¿Cuál es la historia y camino de estos galos que se lanzaron al mercado desde los brazos de una SPAC?
Escucha la historia completa en este podcast de Mercado Abierto:
La competidora gala de Spotify ya intentó salir a bolsa hace siete años, sin éxito y en su estreno se desploma un 23%
Cayendo cerca de un 27%, pero “completamente seguros” de lo que hacen. Lo decía esta misma mañana el presidente del consejo de administración de Deezer, Guillaume d'Hauteville, en su primera entrevista como máximo dirigente de esta cotizada tecnológica en la cadena de televisión BFM Business.
Conversación en la que hacía referencia a 2015 cuando Deezer ya intentó salir a bolsa, pero se frustró su puesta de largo en los mercados porque, ahora, siete años después asume que podría haber sido “demasiado pronto” cuando quisieron arrancar a negociarse. Demasiado pronto por las preguntas que despertaba una aplicación de suscripción que ofrecía música ‘a la carta’ en un mercado donde la piratería ganaba terreno.
Para tener éxito ahora en el que la industria musical confía en Deezer o competidoras más grandes de la talla de Spotify o Apple Music, los principales accionistas de la francesa, en particular, el multimillonario angloamericano Len Blavatnik (quien ostenta el 43% de los títulos) han optado por un estreno a través de una SPAC.
Concretamente la SPAC I2PO, fundada por la familia Pinault y el empresario Matthieu Pigasse quienes han conseguido recaudar hasta 143 millones de euros para financiar la operación que se ha completado hoy: la entrada de Deezer en el Euronext de la Bolsa de París.
Lanzada en 2007, Deezer controla casi el 30% del mercado musical francés, pero sus 9,6 millones de suscriptores representan solo el 2 % del mercado mundial de transmisión de música, muy por detrás del líder sueco Spotify (31% de control de mercado), Apple, Amazon y Tencent.
Con esto no están obsesionados porque ser el líder no siempre, para ellos es “ser el mejor” y en el capítulo de las recomendaciones y la calidad, es donde dice su jefe, que ellos ganan.
La estrategia de Deezer, que quiere más que duplicar sus ingresos para 2025, es apostar por la música, su universo y su tecnología, a diferencia de Spotify que multiplica los lanzamientos de podcasts o Amazon que apuesta por los audiolibros.
Una de arena, suponiendo que la de cal sea la buena, para la empresa parisina que en su día fue la punta de lanza del mercado del streaming musical en todo el mundo.
Sombras del estreno
Hasta ahora esto es lo que sabemos de Deezer, pero entre las luces hay más sombras que conviene desentrañar para analizar más a fondo una firma bendecida incluso por el Gobierno de Emmanuel Macron con la presencia en su estreno del ministro de Finanzas, Bruno Le Maire, quien ve en Deezer el futuro del mercado bursátil europeo y de las primeras piedras en lo que él puede entender como un ‘Nasdaq del viejo continente’ aunque más allá para Le Maire, Deezer es el baúl que guarda al patrimonio musical francés.
Cuando hace más de una década y media nació Deezer en la rue Emile-Ménier de París fueron a la guerra contra un gigante como Universal. Las negociaciones con el líder en la industria musical no dieron sus frutos y tras otras frustradas con Warner o Sony se lanzaron a producción a cantautores independientes.
Año y medio después, Universal entra en Deezer, pero con una exigencia, que a los clientes que no pagaban una cuota se les prohibiera escuchar un título más de cinco veces en un mes. Tras esto, Deezer adopta el modelo de suscripción.
Seguimos avanzando y estamos ya en 2010 cuando un cuerdo sin precedentes con Orange permitió que Deezer se convirtiera en el servicio de música predeterminado para 10 millones de suscriptores que tenían contratado el internet con la teleco naranja.
Desde entonces, Orange ha duplicado esta asociación con sus subsidiarias, desde Polonia hasta Senegal, y Deezer ha encontrado en Brasil su segundo mercado más grande tras Francia.
No obstante, fuera de Francia esta firma ha dejado escapar la mejor parte de un pastel que crece a un 40% anual desde hace una década y que, en total, tiene un valor superior a los 20.000 millones de euros. Deezer esperaba recaudar del mercado entre 105 y 400 millones de euros, con una valorización de la compañía en 1.050 millones.
En cualquier caso, la de Deezer es una batalla, sí pero no económica, ni financiera, sino una batalla por ser quienes somos y demostrárselo así al mundo. Dice Le Maire es Deezer es una muestra más de lo que es Europa: alemanes, franceses, portugueses, españoles... juntos por una misma memoria y legado.
Deezer, en parte, sí que es el sinónimo de una unión; su consejero delegado, Jerónimo Folgueira, es español: argentino criado en Pamplona.
De la mano del mercado, de momento, mal. Ahora bien, Deezer, por lo que a ella respecta, se las promete y dice que, mientras se recuperan de los batacazos... seguirán haciéndonos bailar.