Credit Suisse, el segundo banco de Suiza, registró una pérdida de 983 millones de francos suizos (852 millones de euros) en el año fiscal 2017, un tercio de las que tuvo en 2016, debido principalmente a la reforma fiscal de EEUU.
Pese a la revaluación de los activos por impuestos diferidos como consecuencia de la reforma fiscal impulsada por el presidente de EEUU, Donald Trump, el banco tuvo un mejor resultado que en 2016, cuando perdió 2.710 millones de francos (2.349 millones de euros).
En concreto, Credit Suisse atribuyó los números rojos de 2017 a unos gastos en impuestos de 2.741 millones de francos suizos (2.376 millones de euros) relacionados principalmente con la revaluación de los impuestos diferidos a raíz de la reforma fiscal.
El resultado negativo de 2016 incluía unas provisiones de 2.986 millones de francos (2.588 millones de euros) para litigios relacionados con el acuerdo definitivo alcanzado con el Departamento de Justicia de EEUU con respecto al negocio de las "hipotecas basura".
El resultado antes de impuestos se situó el año pasado en 1.793 millones de francos (1.554 millones de euros) frente a las pérdidas de 2.266 millones de francos (1.964 millones de euros) en 2016.
Los ingresos de Credit Suisse alcanzaron en el ejercicio 2017 20.900 millones de francos suizos (18.114 millones de euros), un 2,8 % más que el año anterior.
Este aumento se debió a una mayor cifra de negocios en la división de Gestión de Patrimonio Internacional y en la de Banca de Inversión y Mercados de Capitales, si bien los ingresos se vieron parcialmente debilitados por el volumen de negocio algo menor en el negocio de Banca Universal Suiza y en el de Asia Pacífico.
Credit Suisse tuvo el año pasado unos gastos totales operativos de 18.897 millones de francos (16.378 millones de euros), un 15,4 % menos.
Tras la radical reorganización en 2016 en para reducir costes y volver a ser rentable, la entidad ha conseguido reducir sus costes en 3.200 millones de francos (2.774 millones de euros) desde 2015, lo que supone haber ahorrado en dos años el 75 % de su objetivo final, que se sitúa por encima de 4.200 millones de francos (3.640 millones de euros) para 2018.
El banco quiere alcanzar a finales de este año una base de costes operativos ajustada de menos de 17.000 millones de francos (14,734 millones de euros).
La entidad propondrá a sus accionistas en su Asamblea General el próximo 27 de abril el reparto de un dividendo de 0,25 francos suizos (0,22 euros) a cuenta de los resultados de 2017.