Credit Suisse. Dicen de ella que será la próxima Lehman Brothers a las puertas de una recesión económica en ciernes.
Más de 160 años de historia que caen devorados por el pánico, justificado, pero difícil de acabar con una entidad como la helvética para la que se le disparan los CDS aunque, ¿es suficiente para hablar de quiebra? ¿Cómo hemos llegado hasta aquí?
Escucha la historia completa en este podcast de Mercado Abierto:
En las calles de Zurich comienzan los chistes ante la posible quiebra de una entidad con más de 49.000 empleados y 1,2 billones de francos suizos en activos
Que una entidad bancaria sea trending topic en las redes sociales durante el fin de semana es curioso. Que lo sea una como la suiza Credit Suisse, aún más, por aquello de ser el país de los secretos financieros, pero mucho viene de esto.
De cuando hace meses les hablamos del Caso Archegos Capital, el del colapso de un opaco fondo de inversiones que tuvo durante semanas en vilo a los mercados que luego pasaron de él, pero cuyas consecuencias siguen sufriendo balances como los de Credit Suisse.
Porque de las lluvias Archegos Capital son hoy los lodos de la suiza y el japonés Nomura que, con más o menos acierto, se está recuperando del varapalo de más de 2.000 millones de dólares en el caso de la entidad nipona.
Entonces se llegó a hablar en Twitter de "la pérdida de riqueza personal más espectacular de la historia". De momento, no ha sido para tanto. Pero, eso, de momento porque Credit Suisse vive horas de tensión entre sus filas y de miedo por las filas de sus clientes.
Historia de problemas
El caso helvético, para ser de dónde es, es cuanto menos paradigmático. Años llevamos contándoles en Capital Radio las salidas continuas de directivos, pufos de miles de millones de euros y continúas reestructuraciones – ahora mira hacia otra más – sin que nadie haya podido recuperar el rumbo de una nave que emplea a más de 49.000 personas en todo el mundo y gestiona, al menos, 1,2 billones de francos suizos.
Esta vez de lo que hablamos es de ventas de activos, banca de inversión que está en liza – podrían dejar caer la lucrativa pata del negocio – y miles de despidos. ¿Qué se busca evitar con esto? Despejar las dudas y el 20% de posibilidades de que se produzca la quiebra total del banco. Ni con estas, según los analistas de KBW sería suficiente ya que estiman que necesitarían otros 4.000 millones de francos suizos
Se baraja en la prensa una posible ampliación de capital para tratar de recuperar a sus acciones de máximos tras perder un 60% de valor en el último año, un 12% en la semana.
Un memorando interno de la firma al que habría tenido acceso Financial Times habla de opciones que están sobre la mesa y conversaciones de los máximos directivos de la entidad con grandes clientes e inversores para que no se produzca una espantada y más después de que los CDS, el riesgo a un posible impago, hayan crecido en el último mes sobre los 50 enteros hasta rozar los 250 puntos básicos y que se alcanzaran niveles inéditos desde 2009.
CDS al alza, ¿para tanto?
Los precios de los swaps a cinco años, de hecho, han llegado a tocar los 355 enteros, muy por encima de los 55 de enteros y alcanzado el nivel más alto de la historia. De hecho, ni siquiera en 2008 con la crisis financiera.
Credit Suisse es una entidad que ofrece servicios a clientes privados, asesoría financiera integral y dispone de un área muy importante de banca de inversión. Los mayores tenedores de la helvética son nombres reconocidos como Dodge&Cox, Oakmark International FUnd, Vanguard, iShares, además de Fidelity y otros grandes fondos de inversión.
El colapso de Archegos supuso unas pérdidas de 5.500 millones de dólares para el banco suizo, tras acumular más de 20.000 millones de dólares en exposición a inversiones vinculadas con el fondo, equivalentes al 50% de sus reservas de capital para hacer frente a futuras pérdidas.
Sin embargo, Archegos es solo uno de tantos otros muchos otros escándalos que se le atribuyen a la firma. Y todo ello conlleva caídas en ingresos, reputación y enormes gastos de "reparación". Con mínimos de mercado, Credit Suisse se plantea incluso salir del mercado estadounidense.
En abril, el banco ya se vio obligado a recaudar 1.700 millones de francos suizos mientras buscaba reconstruir su balance tras las crisis consecutivas que se le fueron sobreviniendo. Mientras, en Zúrich los chistes se le suceden en las últimas semanas en las que se ha llegado a decir: “es más barato comprar una acción de Credit Suisse que un café en Zúrich”.
DB mete miedo
Y mientras, la crisis golpea también a Alemania con un Deutsche Bank que sigue sumido en la crisis de confianza en la que se le sumió a la entidad hace seis años. Entonces fue la de Berlín a la que le crecieron los CDS, la calificación de deuda a la baja y con clientes de espantada.
Así las cosas, como los Gobierno, Ulrich pide a los inversores 100 días de margen para ver qué puede hacer, pero nada surte efecto. La desconfianza reina, a esta hora, entre los pasillos de una de las entidades bancarias más antiguas de Europa y sobre los valles silenciosos de una de las economías más opacas del viejo continente, Suiza.