El ministro francés de Economía, Bruno Le Maire, consideró que no hay razones para impedir la fusión de Siemens con Alstom y que si la Comisión Europea emitiera un dictamen negativo sería un error tanto económico como político que debilitaría la industria europea frente a la competencia china.
"No veo ninguna razón aceptable para que la Comisión se oponga", subrayó Le Maire en una entrevista a Europe 1 y CNews al ser preguntado por la posibilidad de que las autoridades europeas de la competencia veten la unión del alemán Siemens con el francés Alstom.
A su juicio, "el derecho de la competencia europeo está obsoleto" porque se formalizó el siglo pasado en respuesta a una realidad distinta pero ahora, en un contexto de creación de gigantes mundiales en muchos sectores económicos, "no permite que Europa cree sus propios campeones".
Lo ilustró refiriéndose al grupo chino CRRC, cuya facturación duplica la de Alstom y Siemens, que fabrica 200 trenes de alta velocidad al año, frente a 35 de los dos grupos europeos, y que por esa posición de fuerza ha conseguido la mayor parte de las licitaciones del negocio ferroviario en Estados Unidos.
"¡Qué esperamos para despertarnos!", señaló con un tono de indignación el ministro francés, que añadió que si la CE se pronunciara contra la fusión Siemens-Alstom "lo haría por las malas razones".
"Sería no sólo un error económico, sino una falta política" porque "debilitaría toda la industria europea frente a China", y enviaría la señal de que "Europa se divide y se desarma".
El pasado 18 de diciembre, la comisaria europea de la Competencia, Margrethe Vestager, manifestó su preocupación sobre las consecuencias de la unión de Alstom y Siemens para el mercado de los trenes de alta velocidad y también para el de la señalización ferroviaria.
Una semana antes, las dos empresas habían hecho a Bruselas una propuesta de concesiones para superar las objeciones de la CE. Esa propuesta consiste en ceder actividades de señalización y de material rodante que representan "en torno al 4 %" de la empresa que resultaría de la fusión.
El Ejecutivo comunitario abrió en julio una investigación al considerar que esa concentración puede reducir la oferta de los operadores ferroviarios a la hora de elegir sus proveedores, limitar los productos innovadores y provocar una subida de precios