"Locura, pesadilla o la historia de nunca acabar”. Son sólo algunos de los calificativos con los que define la situación de Pescanova uno de los 9.000 accionistas minoritarios cuyas inversiones se mantienen congeladas desde marzo de 2013 cuando la cotización de la compañía quedaba suspendida por problemas en sus cuentas. Cuatro años después, la CNMV levanta el veto y su presidente, Sebastián Albella, anuncia que Pescanova volverá a cotizar en menos de dos meses
La que fuera una de las empresas más punteras de nuestro país, tuvo que ser reestructurada y dividida en dos después de que fueran detectadas irregularidades contables y un agujero de 1.600 millones de euros. En febrero de 2013, la dirección de la compañía anunciaba a la CNMV que no iba a presentar las cuentas del año anterior.
Dos de los accionistas de la compañía, entre ellos el grupo Damm con el 12% del capital, destapaba la situación del grupo. La petición por parte del entonces presidente de Pescanova, Manuel Fernández de Sousa, de un préstamo de 15 millones de euros, levantó sospechas en una empresa que facturaba 1.000 millones de euros anuales. El 1 de marzo la compañía solicitó el preconcurso de acreedores, lo que disparó las alarmas.
Las acciones de la compañía se llegaron a vender en 18 euros en 2013. A día de hoy, esos mismos títulos valdrían céntimos, según los inversores minoritarios. El motivo es la reestructuración de la compañía ahora dividida en dos. Por un lado, la Vieja Pescanova, en manos de los accionistas originales y sin actividad y la otra, Nueva Pescanova, en funcionamiento y en manos de la banca acreedora, ha vivido en pocos meses una reestructuración financiera y una ampliación de capital por 135 millones de euros para salir adelante.
Se espera que a lo largo de este año arranque el juicio contra el que fuera su presidente, Manuel Fernández de Sousa, mientras que los gestores de la compañía esperan el regreso al mercado de la que fuera una de las empresas más potentes de Galicia.