Algunos empezamos a estar hartos de tanta intoxicación numérica en los medios promovida en la sombra por el aparato de marketing del Gobierno, y sentimos la profunda necesidad de saber lo que realmente pasa en el mercado laboral español, ese “milagro” logrado por el equipo del presidente Sánchez.
Desde que se produjo la reforma laboral del Gobierno de coalición, hace ahora poco más de un año, ha habido una fuerte diatriba en relación con la forma de contabilizar el número de ocupados por parte del Ejecutivo, ya que lo que se denominan “fijos discontinuos” supone que presuntamente pasen cientos de miles de trabajadores que estaban contabilizados como parados a trabajadores fijos, aunque trabajen sólo de vez en cuando. Por ejemplo, los temporeros para recogida de productos agrícolas, los que trabajan en las discotecas sólo los viernes y sábados por la noche, etc.
La negativa del Gobierno de hacer públicos esos datos (recientemente ha dicho que los va a dar en un futuro) ha hecho que las series que reflejan la evolución del número de ocupados no sean homogéneas con las del año anterior (la ley se publicó en el BOE el 30 de diciembre de 2021). Ello le ha permitido apuntarse el dato de creación de una cantidad todavía no desvelada de trabajadores que, aunque estén en su casa un buen número de meses o días al año, figuran como “ocupados” con contrato fijo dentro de las estadística del Instituto Nacional de Estadística (INE).
Pues bien, aunque el Gobierno no nos informe de lo que ha estado ocurriendo durante los últimos 12 meses en materia de ocupación real en el mercado laboral, podemos hacer una aproximación que nos indique qué es lo que ha ocurrido con el empleo desde que se produjo la moción de censura contra Mariano Rajoy a mediados del año 2018. En el cuadro siguiente, podemos observar la evolución de algunos colectivos que nos interesan para ver cómo ha sido realmente la gestión del Ejecutivo:
Esto es lo que dicen las cifras oficiales, y por las cuales nuestro presidente saca pecho en cada mitin, afirmando que durante su mandato se han creado 1,1 millones de puestos de trabajo. Pero claro, crear más de 400.000 puestos de trabajo en el sector público en cuatro años no es precisamente un logro, ya que probablemente nos esté hipotecando con puestos vitalicios durante 30 o 40 años a todos los españoles, y habría que hacerse la pregunta: ¿había que incrementar la fuerza laboral pública en más de un 13% en cuatro años para atender las labores de las administraciones públicas? ¿es que con Rajoy no funcionaba el aparato del Estado?
Otro de los puntos que no son para sacar pecho es el de los autónomos, que teóricamente deberían ser la punta de lanza de los emprendedores en España y que, en este “paraíso laboral” que ha creado nuestro presidente, apenas se han incrementado, estando anclados en los tres millones desde hace muchos años. Es una mala noticia para el futuro del modelo productivo de nuestro país.
Por tanto, las alharacas de nuestro presidente supongo que se referirán a los asalariados del sector privado, que se han incrementado oficialmente en 705.800 durante su mandato y que, tendríamos que admitir que se podría considerar como un logro (Rajoy sólo consiguió 400.000 en sus cinco años de mandato). Pero, hete ahí, que a lo mejor es ahí donde está la trampa. Para descubrir lo que están haciendo en los sótanos del Ministerio de Trabajo, basta con que recurramos, de nuevo, a las cifras oficiales del INE, y nos centremos en el número de horas trabajadas durante el período de mandato del presidente:
Y claro, al observar cómo ha disminuido el número de horas que los españoles trabajan a la semana, que ha bajado desde las 34,4 hasta las 32,0 (2,4 horas menos a la semana), nos damos cuenta de que la aportación de los trabajadores a la producción nacional de bienes y servicios (PIB) no puede ser la misma, por lo que lo lógico sería tomar el 30 de junio de 2018 como base de cálculo y traducir a número de trabajadores con jornada de 34,4 horas las cifras de los períodos siguientes. Y entonces vemos que los 705.800 nuevos asalariados realmente representarían una disminución de 260.200 personas trabajando a tiempo completo.
En suma, acabamos de encontrar el casi un millón de ocupados fijos discontinuos que se han incorporado a las listas del INE, y de los que no nos han querido informar, para empujar las campañas electorales que nuestro presidente tendrá que celebrar durante 2023.
Por consiguiente, de los 1,1 millones de ocupados de los que presumía el Sr. Sánchez, tenemos que considerar como fruto de su gestión una disminución de empleo real productivo de 254.600, de acuerdo con el siguiente detalle:
Podemos también observar si el nivel de ocupación en base a las horas trabajadas guarda o no correlación con el PIB:
Vemos que, a pesar de que disminuye el número de horas trabajadas en el país, el PIB con algunas variaciones se mantiene razonablemente estable, lo cual arroja un coeficiente de correlación entre el trabajo de los ocupados en España y su PIB de tan solo un 62,5%. Este dato se podría verificar sobre períodos más largos, pero es una información interesante, puesto que esa supuesta correlación entre PIB y empleo se verifica tan solo parcialmente, lo cual hace tiempo que sospechábamos, debido sobre todo al nivel de robotización que están teniendo muchas empresas españolas, las cuales no necesitan más personal o incluso pueden prescindir de parte de este.
Es un aviso para navegantes, versión economistas clásicos, que consideran el PIB como la piedra filosofal de la política económica. Es hora de que asumamos nuevos paradigmas y dejemos de estar anclados a lo que aprendimos cuando éramos estudiantes.
En resumen, Sr. presidente, he de reconocer que ha tenido Vd. una legislatura complicada, con el volcán de La Palma, la pandemia del covid la inflación de costes provocada por el encarecimiento de la energía y la guerra de Ucrania, pero tengo que decirle que los españoles ya somos mayores de edad y podemos entender las consecuencias de estos problemas, pero lo que no podemos admitir los que nos consideramos independientes es que se nos manipule con mensajes que faltan a la verdad desde su aparato de marketing político.
Vd. sabe Sr. Sánchez que las cosas no van bien, y si la mayor parte de los indicadores arrojan un mensaje de debilidad respecto de nuestras cuentas públicas, no es lógico que el indicador de empleo esté boyante. Deje de contratar empleados públicos con empleo vitalicio, sencillamente porque no los necesita, y sólo se lo va a poner peor al Sr. Núñez Feijoo si es que llega a tomar el testigo dentro de un año. Y denos de una vez la información del número de fijos discontinuos para que podamos hacernos una idea de cómo va realmente la creación de empleo. Los economistas se lo agradeceremos y ello contribuirá a no enturbiar aún más su “legado”.