Ni Mallorca, ni Londres, ni Nueva York, ni Australia. Quizá el año que viene cuando te pregunten dónde te vas de vacaciones de verano tu respuesta sea más bien Marte o incluso Venus.
2020 podría ser el año en el que empiece el turismo espacial; esto es, 59 años después de que el ruso Yuri Alek seyevich Gagarin fuera el primer hombre en viajar al espacio y 51 años después de que Neil Armstrong pisara la Luna haciendo historia para la humanidad.
En todo este tiempo, solo 565 afortunados han tenido la suerte de poder viajar al espacio. Sin duda una oportunidad única en la vida y que muchos que no son astronautas no se han querido perder. Aunque para poder hacerlo han tenido que desembolsar una buena parte de su fortuna. Hasta ahora ya hay siete millonarios que han pagado para ir al espacio. El primero, el estadounidense Dennis Tito, que en 2001 viajó a la estación espacial internacional por la friolera de 20 millones de dólares. Después le siguieron otros seis enamorados del espacio, pero desde 2009 el exterior no ha recibido ningún otro turista.
Aunque podría empezar a recibirlos a partir del año que viene. Al menos esa es la estimación de Virgin Galactic, una empresa fundada en 2004 que exclusivamente dedica sus esfuerzos a lanzar turistas al espacio y que, por cierto, ya tiene planes para salir a bolsa. La compañía ya ha llevado a cabo las pruebas pertinentes y cree que en 2020 estarán preparados para lanzar los primeros vuelos comerciales al espacio.
Aunque sin haber llevado allí todavía a ningún turista, Virgin ya ha conseguido 80 millones de dólares solo de las personas que ya han reservado su viaje al espacio. Han vendido ya más de 600 billetes a unos 250.000 dólares cada uno. Así que, al menos de momento, no creo que ninguno de nosotros pueda viajar al espacio el año que viene. Pero el fundador de Virgin, Richard Branson, cree que quizá podrían empezar a ser billetes accesibles al gran público de aquí a 10 años.
Y aunque parezca muy lejano eso de irnos de viaje al espacio, el banco UBS cree que para 2030 esa industria estará valorada en unos 800.000 millones de dólares. Más o menos lo equivalente al PIB de los Países Bajos.
Pero hasta entonces, hasta que se abaraten los costes, tenemos una alternativa más barata si queremos sentir lo que se siente al viajar al espacio. Puedes pagar tan solo 5.000 dólares para volar en un avión normal pero con gravedad cero, igual que en el espacio.