Rodrigo de Rato se presenta a sí mismo como banquero y político en primer lugar. "Sólo soy un ser humano, más cajero que banquero"". Recuerda que fue miembro del Partido Popular, con el que llegó a ejercer la responsabilidad de la vicepresidencia del Gobierno de España, junto con la cartera del Ministerio de Economía. En su dilatado currículum también figura haber sido director gerente del FMI, con una dimisión "por razones personales" que ni su familia entendió.
Luego comenzó su 'vía crucis' con el sistema financiero, tras aceptar la presidencia del Grupo Bankia (resultado de la integración de CajaMadrid con otras cajas de ahorro). Lo relata con algún detalle en el libro que presenta estos días, titulado "Hasta aquí hemos llegado". Y muestra una profunda decepción: "Con esta justicia es muy difícil que alguien se pueda defender".
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La ventaja del título es que cada cual lo interpreta como quiere (Rato)
España retrocede en términos de impunidad
Esta entrevista, realizada por Luis Vicente Muñoz, muestra la historia detrás del libro y de los sucesos que protagonizó uno de los políticos más influyentes en España, y que le llevó a pasar cuatro años y medio en prisión. Rato insiste en que continuamente se sintió desprotegido y sin dar crédito a lo que le estaba pasando. "En España estamos retrocediendo en términos de impunidad", y señala a personas determinadas, que actúan de manera determinada. Y apunta a instituciones de referencia, como el Banco de España o el Ministerio de Economía.
"No se aplica ni la jurisprudencia de oficio", asegura quien aún tiene en breve una nueva causa ante los tribunales. El ex-presidente de Bankia insiste en su inocencia en el llamado escándalo de las tarjetas 'black' de CajaMadrid. "Existían desde el gobierno regional de Leguina, y formaban parte de la retribución por contrato. Me dijeron que Hacienda estaba informada".