No solo las grandes empresas o países, como Venezuela, sufren los bajos precios del petróleo. Nigeria y Angola, los mayores productores de crudo del continente africano, ven como sus economías se resienten por la depreciación del oro negro.
Las cuentas públicas de Nigeria están en peligro. Para lograr estabilizarlas, el Gobierno del país mantiene conversaciones con el Banco Mundial y el Banco Africano de Desarrollo. Por ahora, el país africano, ha conseguido que el organismo internacional muestre su predisposición a crear un programa de reformas. Si Nigeria acepta y lleva a cabo las medidas, el Banco Mundial aportará los fondos necesarios para intentar revertir la situación. Este préstamo rondaría los 3.500 millones de euros y se destinaría a financiar proyectos que tengan una vida útil de más de un año.
El Banco Africano de Desarrollo ha confirmado que Nigeria le ha solicitado un préstamos de 1.000 millones de dólares. El país tiene que reducir el déficit de 15.000 millones de dólares, y esta es una de las soluciones que ha encontrado el Gobierno.
Angola se encuentra en la misma situación. Su economía depende de la cantidad de barriles que exporta. La situación es insostenible, vende más cantidad por menos dinero, y ha tenido que solicitar la ayuda del Banco Mundial.
Pero Angola y Nigeria no son las únicas economías africanas que dependen de las materias primas. Por ejemplo, Botswana cojea por la menor producción de diamantes. Su PIB crecerá un 4,2% en 2016, un 1% menos que al año pasado.