Si hace un año Bélgica, Dinamarca, Alemania y Países Bajos se unían para sembrar sus mares de aerogeneradores....ahora se suman al proyecto países de la talla de Francia, Luxemburgo, Irlanda, Noruega y el Reino Unido. Un total de 9 países que apuestan, ya con hechos, por la energía eólica que se produzca en el norte de Europa.
El conglomerado del viejo continente aspira a transformar los 175.000 kilómetros de costa del Mar del Norte en la mayor instalación eólica del mundo....y de hecho, buscan convertir esa futura red de aerogeneradores marinos en la primera actividad verde de Europa de 2050.
Analizamos cómo está el sector de la energía eólica y qué buscan los países con esta macro granja del Mar del Norte.
Objetivo: independencia energética
Pero... ¿cuál es su objetivo? El primer ministro de Bélgica, Alexander De Croo, ya señalaba hace unos días en la ciudad costera de Ostende a la independencia energética. El mandatario apuntaba que, trabajando en conjunto, pueden hacer que su sistema de electricidad sea verde a la par que eficiente.
Todo el proyecto, claro, se enmarca en el acelerón por las energías renovables de los países, de los objetivos reducción de carbono y también al calor de la guerra en Ucrania y los vetos a los hidrocarburos rusos.
Implicaciones e industria eólica
Pero... ¿qué implicaciones tiene este macro proyecto energético en la práctica? Sinergias, inversiones masivas y desafíos en términos de seguridad.
Los países ya han pasado del dicho al hecho y los trabajos de construcción de centrales de generación eléctrica ya han arrancado.
¿Quiénes son las empresas beneficiadas? Todo apunta, sin duda, a la industria eólica. El sector ya ha recogido en un decálogo que necesita crecer para satisfacer los compromisos de los nuevos gobiernos y hacer frente a la demanda.
Parece, que la bandera europea se está tiñendo de verde renovable, pero eso sí, en la macro granja eólica del Mar del Norte.