Son las principales cifras que se extraen del estudio de KPMG, “Me, my life, my wallet”, basado en una encuesta a 25.000 consumidores de Reino Unido, Estados Unidos, Francia, Brasil, Canadá, China y Emiratos Árabes Unidos. El estudio refleja que los consumidores más jóvenes sienten la misma preocupación con respecto a la suplantación de identidad pero son más propensos a ver las ventajas que les aporta compartir sus datos. Sin embargo, el 19% de los millennials daría sus datos a cambio de obtener mejores productos y servicios, frente a un mero 8% de los baby boomers.
El socio responsable del sector de Consumo de KPMG en España, Carlos Peregrina, señala que en eventos como el Black Friday los consumidores están cada vez más abiertos a compartir información personal, “pero también son exigentes a la hora de ver la compensación que eso reporta”.
Además, los consumidores son cada vez más conscientes del valor que tienen sus datos. Algunos estudios muestran que el 85% por ciento de consumidores quiere que las entidades protejan su información sin tener que pedírselo, y el 77% está en contra de que sus datos sean vendidos. Los negocios que se ciñan a estas reglas tienen más probabilidades de éxito que sus competidores.