Este viernes se aprueba el ingreso mínimo vital, una medida que llega en un momento especialmente delicado para la economía y para miles de españoles que se han quedado sin ingresos, a causa de la pandemia del coronavirus. Estas son las cifras más importantes de esta ayuda.
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Según cálculos del Gobierno, el ingreso vital beneficiará a 850.000 familias españolas. La prestación oscilará entre los 462 y algo más de 1.000 euros. En total, la medida costará a las arcas públicas unos 3.000 millones de euros al año.
¿Cuántas personas podrían beneficiarse? El Ejecutivo calcula que llegará a 600.000 hogares que se encuentran en situación de “pobreza severa”. En total, 2,3 millones de personas, con ingresos mensuales inferiores a 230 euros por “unidad de consumo”.
Además según el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, a finales de junio unos 100.000 hogares recibirán el ingreso mínimo vital sin tener que pedirlo. Se trataría de los casos más vulnerables y que recibirán de oficio la prestación.
Escrivá también aseguró que, con esta medida, se logrará sacar de la pobreza extrema al 75% de los 600.000 hogares que están en esa situación.
No se tratará de una cantidad fija, sino de un complemento, para alcanzar un umbral de renta mínima fijado para cada hogar según sus características. En este sentido, habrá varias modalidades, dependiendo de los ingresos que tenga cada hogar.
Todavía no se conocen los detalles, hasta que no se publique en el BOE, pero el ministro ha señalado en una entrevista en Onda Cero que irá acompañada de itinerarios de inclusión y para encontrar un empleo.
Diferente a una renta básica universal
Los expertos recuerdan que esto no es como la renta básica universal, que se entregaría a todos los ciudadanos, independientemente de su condición, sino que el ingreso mínimo va destinado solo a los más pobres.
El año 2018 terminó con el 26,1 % de la población española en riesgo de pobreza y exclusión social, según el indicador AROPE (At Risk of Poverty and/or Exclusion), elaborado con datos del INE. Y eso fue antes de la crisis del coronavirus, que ha empeorado notablemente la situación.
Y es que, como es lógico, ese porcentaje va subiendo en época de crisis. Comenzó a incrementar en 2008, hasta alcanzar un tope del 29,2% en 2014.
De hecho ya hay algunas voces que dicen que este ingreso mínimo vital nace desfasado, porque no incluye la realidad de esta crisis. Las voces más críticas contra el ingreso mínimo vital o la renta básica afirman que puede desincentivar la búsqueda de empleo.
También afirman algunos expertos que no se podrá financiar a no ser que se suban los impuestos. Los defensores de la medida, optarían por una reforma del IRPF, haciéndolo más progresivo.