Liberbank sube en bolsa 6% después de anunciar que traspasará una cartera inmobiliaria de 600 millones de los cuales 180 millones corresponden a suelos y obras en curso, 80 millones a terciario y 342 millones a producto residencial. Durante este año, Liberbank prevé vender en el mercado minorista más de 510 millones de euros de activos improductivos.
El movimiento de Liberbank es uno más dentro del proceso de recuperación de la banca. Sin ir más lejos, el pasado mes de agosto Santander y el fondo Blackstone cerraban la mayor operación del mercado mayorista inmobiliario de la historia de España al vender al fondo el 51% del negocio inmobiliario de Banco Popular por 30.000 millones de euros. Hace unos días Sabadell puso a la venta 800 millones de ladrillo tóxico.
La tónica desde el comienzo de la crisis ha sido la venta de activos tóxicos para sanear balance. Desde el año 2009 hasta 2015, la banca cotizada ha vendido en total 38.200 millones de euros, siendo 2014 y 2015 los años con más volúmenes de operaciones en el entorno de 8.000.
A nivel sectorial, es decir, toda la banca incluida la no cotizada, el total de ventas de activos tóxicos asciende a 54.800, desde 2012 a 2016, una tendencia que ha ido en aumento desde el 2014 al pasar de 11.500 operaciones a las 13.500 registradas en el año 2016.
Lo cierto es que casi todos los bancos se apuntan a la venta de activos tóxicos. La razón es que las provisiones contables de las entidades financieras son más altos por lo que la pérdida contable no es tan grande, algo que permite realizar este tipo de desinversiones.
Por tanto, se avecina una recta final de año caliente para este tipo de operaciones. Por un lado, Caixabank pone en el mercado dos carteras con las que sacar de su balance activos problemáticos valorados en 1.100 millones: el Proyecto Egeo, con 660 millones entre fallidos y créditos de pymes con garantía inmobiliaria y el Proyecto Tribeca, con 450 millones en créditos ligados al ladrillo.
Por otro lado, BBVA confirma negociaciones con el fondo estadounidense Cerberus, para venderle el negocio inmobiliario valorado en 2.000 millones de euros.
Mientras que Bankia, valora una venta del ladrillo que proviene de BMN tras la integración prevista de ambas entidades para inicio de 2018. Según las últimas informaciones, el banco baraja venta rápida de esos activos, que tenga como comprador a alguno de los fondos habituales en este tipo de operaciones.