El Gobierno de Grecia ha solicitado a los acreedores suspender el recorte de las pensiones previsto para el próximo año. Considera que un nuevo tijeretazo no servirá para fomentar el consumo y el crecimiento.
Desde el día 10 de septiembre se encuentran en el país los representantes de la Comisión Europea, Banco Central Europeo, del Mecanismo Europeo de Estabilidad y del Fondo Monetario Internacional que permanecerán en la capital griega hasta el 14 de septiembre y su informe se espera para noviembre.
El volver a bajar las pensiones era uno de los compromisos para el periodo posterior al programa de rescate. El ministro de Finanzas, Euclides Tsakalotos, asegura que Grecia dispone de un margen financiero suficiente para no hacer este recorte, previsto a partir de 2019. Y es que prevé un superávit primario, que superará el objetivo del 3,5% del PIB acordado con los acreedores hasta 2022.
Se prevé un margen fiscal superior a los 700 millones de euros programados en el plan presupuestario de medio plazo. Incluso los responsables económicos del país consideran que es posible revertir otros recortes realizados.
Según el Ministerio de Trabajo heleno, la pensión media se sitúa actualmente en 722 euros mensuales brutos y se eleva hasta los 894 en el caso de los que cobran un suplemento.
La decisión final se tomará en el Eurogrupo de noviembre, cuando se conozcan las previsiones definitivas sobre el superávit primario de 2019.