La venganza de China se está consumando: ha rebajado los aranceles a todos los socios comerciales de Estados Unidos… menos a Estados Unidos. Decisión que llega en un momento en el que todas las miradas se centran en la cumbre del G20, que se celebrará el próximo 28 y 29 de junio en Osaka, Japón, donde Trump y su homólogo chino abordarán las tensiones comerciales entre las dos economías más grandes del mundo.
Todo esto coincide además con el momento en el que Donald Trump acaba de anunciar de forma oficial que se presenta a la reelección en 2020. Trump se había venido arriba también con el tema de China y había dicho que solo firmaría un acuerdo si es "bueno y favorable". De lo contrario, dice, su administración se conformará con seguir recibiendo "miles de millones" de dólares tras la ristra de aranceles impuestos al gigante asiático.
Pues ahora China ha movido ficha, y aliados y socios comerciales de EEUU, como Canadá, Japón o Alemania han visto como Pekín ha reducido los aranceles a sus productos, lo que les da un mayor acceso a los 1.400 millones de consumidores chinos.
Y mientras, para completar la escena, el presidente de China, Xi Jinping, ha llegado este jueves a Pyongyang para reunirse con el líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, en una visita de Estado, la primera de un líder extranjero a ese país en catorce años.
Ahora mismo las conversaciones con Estados Unidos para el desarme nuclear norcoreano se encuentran estancadas desde hace cuatro meses. Junto a Xi viaja su esposa y el ministro de Asuntos Exteriores chino, Wang Yi, entre otros.
El régimen norcoreano ha aprovechado el momento para hacer una demostración de grandeza, conmemorando además los setenta años de relaciones entre los dos países y que llega después de que Kim Jong-un ya se haya desplazado en cuatro ocasiones al país vecino para encuentros con Xi en el último año y medio. Desde el periódico oficial norcoreano recogen que “La amistad entre Corea del Norte y China es inquebrantable” y que su visita llega en un momento crucial, “debido a la compleja situación de las relaciones internacionales. Claramente, esto muestra la gran importancia que el Partido Comunista y el Gobierno chino atribuyen a la amistad entre los dos países”.
Pekín es el principal aliado internacional de Pyongyang, una relación de amistad que viene desde la guerra de Corea (1950-53), en la que China combatió junto al Norte en la lucha contra EE UU.
Kim Jong-un se reunió con Trump hace un año en Singapur, el primer encuentro de la historia entre líderes de sus dos países. Su segunda cumbre, en Hanói, en Vietnam, concluyó en fracaso: Pyongyang ofrecía desmantelar su reactor nuclear de Yongbyon a cambio del levantamiento de sanciones internacionales, y Washington reclamaba el desarme completo y verificable de todo el programa nuclear antes de eliminar las sanciones. Desde entonces, no ha habido progresos.
Con este último movimiento, a las puertas como decimos del G20, Xi se posiciona como un interlocutor indispensable en las conversaciones sobre desarme con Corea del Norte.