Chile y España han presentado conjuntamente la COP25 que se va a celebrar en Madrid y ambos países han insistido en que la transición a una economía ecológica debe ser socialmente justa.
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La ministra de Medio Ambiente chilena, Carolina Schmidt, ha explicado que las protestas sociales en muchos casos están también relacionada con un malestar sobre el cambio climático.
La ministra de Medio Ambiente de Chile habla de la crisis política que atraviesa el país
También ha hablado sobre las protestas que se viven en el país (que ya van por su quinta semana). Según ha reconocido, el gobierno no estaba preparado para "el despertar de Chile".
Ha querido ensalzar el modelo económico del país, que ha logrado reducir de la pobreza desde un tercio hasta el 6 por ciento entre 2000 y 2016. Pero esa mejora no se ha repartido por igual y el país sigue afectado por un reparto injusto de la riqueza.
En todo caso ha confiado en que la crisis se resuelva desde el diálogo y el entendimiento, al tiempo que ha asegurado que "ningún acto violento quedará impune".
El papel de España
La ministra para la Transición Ecológica en funciones, Teresa Ribera, asegura que el coste de celebrar esta cumbre será de 50 millones de euros, 10 millones menos de lo que se estimó inicialmente.
También ha querido destacar el compromiso de España para cumplir con el pacto de París, algo que, según ha recordado, es cosa de todos.
La ministra para la Transición Ecológica en funciones, Teresa Ribera, habla del compromiso de España
También ha confirmado que se han sumado empresas, organizaciones e instituciones, nacionales e internacionales, para colaborar en la financiación.
Un aspecto que preocupa es la seguridad de la cumbre. Se prevé que pueda haber protestas y manifestaciones (hay una convocada para el 6 de diciembre) y ha habido poco tiempo para preparar el dispositivo apropiado.
En este sentido, Ribera también ha dicho que se han implicado tanto el gobierno como el ayuntamiento e incluso la ONU, por lo que esperan que todo se desarrolle con normalidad.