El Gobierno de Canadá ya ha comenzado a aplicar el domingo aranceles por 12.600 millones de dólares a productos estadounidenses en respuesta a los gravámenes que el gobierno del presidente Donald Trump impuso a las importaciones de acero y aluminio.
El primer ministro del país, Justin Trudeau, ha reconocido que le preocupa la posibilidad de que se convierta en una guerra comercial abierta. A la vez ha exhortado a los canadienses a que “decidan debidamente” cuando consideren comprar productos estadounidenses.
El Gobierno calcula el valor de los aranceles sobre los productos canadienses en 13.000 millones de dólares. Los aranceles de Canadá a productos como whisky, chocolate, zumo de naranja, yogur, café, papel higiénico, velas, pañuelos y toallas, servilletas, colchones y bolígrafos entre otros, tienen ese mismo valor.
Canadá ha señalado que no tiene intención de escalar el conflicto, aunque también ha declarado que no se dejará intimidar por Estados Unidos y está preparada para cualquier eventualidad. Por su parte, las autoridades estadounidenses mezclan sus medidas contra los productos canadienses con mensajes conciliadores.