Este miércoles, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, tiene apuntada en la agenda una reunión con marcado carácter tecnológico. El líder demócrata se sienta con ejecutivos de grandes compañías de los sectores de la tecnología, la energía y las finanzas, con ánimo de urgir un plan de ciberseguridad. Empresas como Amazon, Apple o Google tienen su silla en la mesa. Su misión: evitar que los ataques al oleoducto, Colonial, o al proveedor de software, SolarWinds, vuelvan a repetirse en el país.
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Desde la casa Blanca ya han desvelado la lista de asistentes. Participarán en la cita, los directores ejecutivos de Alphabet (Google), Sundar Pichai; Amazon, Andy Jassy; Apple, Tim Cook; Microsoft, Satya Nadella; IBM, Arvind Krishna; y ADP, Carlos Rodríguez, cuya empresa proporciona servicios de software a "miles" de compañías en EE.UU.
El motivo de la reunión también parece claro. En palabras de la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, "las crecientes amenazas cibernéticas que enfrentamos requieren un esfuerzo coordinado de todo el país".
De esta forma, las autoridades esperan que la reunión sirva para acercar posturas y coordinar estrategias que mejoren los estándares de ciberseguridad en todo el país.
Los ataques de Colonial y SolarWinds siguen en la memoria
Los ataques de SolarWinds o Colonial, son solo dos casos muy sonados de una larguísima lista de ciberataques, que han puesto en jaque al sistema informático estadounidense.
La alarma sonó primero en Texas, a finales del año pasado, cuando un autor, anónimo hasta fecha, penetró en el proveedor de 'software' a través de su programa Orion. La compañía contaba entre su clientela con actores de la talla de Microsoft, la universidad de Harvard o el mismo Gobierno de EEUU. Se pueden imaginar las consecuencias…
El último gran golpe los sufrió la mayor red de oleoductos de Estados Unidos, Colonial. La falla en su estructura informática provocó la escasez de combustible de varios estados del país como Carolina del Norte Virginia o Washington D.C.
Entonces, la compañía pagó un rescate de casi 5 millones de dólares a los hackers para recuperar su sistema. Hecho, que, Biden y todos los asistentes a la reunión de esta jornada, no quieren que vuelva a ocurrir.