La nave ha sido pilotada por Bertrand Piccar, precursor de la iniciativa, que tiene como fin impulsar las energías sostenibles. Estas son las declaraciones de Piccar tras su largo viaje:
"Hemos volado un día tras otro en la cabina con Andre 40.000 kilómetros sin combustible, y ahora la demostración está hecha. Esto significa que el resto del mundo tiene que ir más lejos. Tenemos que usar estas tecnologías. Tenemos que dejar de escuchar a las personas que tienen miedo de cambiar su forma de pensar. Existen soluciones, y estas son rentables", ha indicado Piccar.
El piloto confía en que su hazaña haga recapacitar a los gobiernos y tenga más impacto en la industria.
"Hemos tenido que inventar algo completamente nuevo: vuela sin combustible, durante la noche gastamos la batería que previamente se ha cargado con la luz solar" ha señalado Piccar.
Solar Impulse II también ha sido pilotada por André Borschberg, que asegura estar muy emocionado con la llegada a Abu Dabi y satisfecho por haber completado el viaje "paso a paso".
De la primera parte del viaje se encargó Borschberg, que unió Abu Dabi con Mascate en marzo del año pasado. El último tramo ha sido pilotado por Piccard, que ha recorrido los 2.763 kilómetros que separan El Cairo de la capital del emirato en una travesía que ha durado 2 días exactos y que ha dejado las baterías al 42% en el momento de su llegada.
El avión alcanza una velocidad de entre 45 y 55 kilómetros por hora. Es capaz de llegar a los 8.500 metros de altitud y pesa 2,3 toneladas.
Ambos pilotos pondrán en marcha el Comité Internacional de las Tecnologías Limpias, una ONG con la que buscan asesorar a los Gobiernos de los principales actores internacionales en sus políticas energéticas.
"El mundo va en la dirección equivocada. Estamos destruyendo el planeta, la naturaleza y los recursos naturales. Envenenamos a miles de niños que respiran el aire que no deberían. Debemos hacer las cosas diferente", ha concluído Piccard.