El sector terciario tiene una posición dominante en su economía: contribuye un 70% del PIB y emplea al 70% de la población activa. Sin embargo, el sector agrícola y el sector minero son los grandes líderes de las exportaciones. Es uno de los principales exportadores mundiales de lana, carne, trigo y algodón. Cuenta con una amplia reserva de materias primas y es el país que produce más piedras preciosas, como diamantes y ópalos.
Sin embargo, dos factores han desencadenado una primera grieta en el modelo económico australiano. Por un lado, la caída del precio de las materias primas; por otro, la desaceleración de China, su principal socio comercial.
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Y es que las acciones de China tienen su consecuencia en Australia. Un ejemplo: en el momento en el que China disminuyó su ritmo de urbanización, la minería australiana comenzó a resentirse. Ya tenemos ahí una primera fractura. El planteamiento es el siguiente: si el sector minero, que ha sido hasta el momento el principal motor de crecimiento, ya no funciona, habrá que buscar nuevas soluciones.
Una de esas soluciones podría ser el turismo, otra gran fuente de ingreso para Australia. Sin embargo, China vuelve a tener un papel decisivo aquí, porque gran parte del crecimiento turístico que ha experimentado Australia en los últimos años proviene del aumento de visitantes chinos. Otra solución podría apuntar al sector agrícola. Pero ahí de nuevo miramos a China: las esperanzas de Australia están puestas en los buenos resultados del Tratado de Libre Comercio que firmó con el gigante asiático hace un año. La salud de Australia, en manos de China.
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