David Malpass será el próximo presidente del Banco Mundial una vez que ha sido designado por Donald Trump. Es el actual subsecretario del Tesoro, tiene 62 años, y se ve como un desafío al organismo del que este economista es un reconocido crítico.
Malpass ha calificado de corruptas las políticas del BM y del FMI por conceder excesivos créditos a China, y lo al justifica porque el gigante asiático ha dejado ya de ser un país en desarrollo. David Malpass ha descrito al Banco Mundial como demasiado grande, ineficiente y reacio a soltar a los países en desarrollo que se convierten en mercados emergentes dinámicos.
Trump describe a Malpass como "un hombre extraordinario", que es la "persona correcta" para el cargo que quedó vacante desde el 1° de febrero tras la inesperada renuncia de Jim Yong Kim.
Él mismo se ha defendido al asegurar que propuso en 2018 una ampliación de capital para la entidad y que su objetivo es elevar las operaciones del Banco y promover la actividad económica impulsada por el sector privado.
El BM, que tiene sede en Washington, siempre fue presidido por un estadounidense desde su fundación tras la Segunda Guerra Mundial. En contrapartida, el FMI estuvo desde siempre bajo liderazgo europeo.
En años recientes, numerosos países considerados economías emergentes se han alzado contra esa norma no escrita y exigen un proceso de selección más abierto y basado en los méritos del candidato.
La junta ejecutiva del banco, que representa a los 189 países miembros, tiene la última palabra en la elección del líder, y ha dado a los países hasta el 14 de marzo para presentar candidatos.