El comercio de los derechos de emisión de CO2 es uno de los grandes motores en el proceso de descarbonización. Estos derechos juegan cierto papel regulador en el mercado y pueden realizar cambios significativos en un contexto de cambio climático en el que los gobiernos deben adoptar acciones urgentes para frenar las emisiones de gases de efecto invernadero.
Cuando hablamos de derecho de emisión dentro del marco europeo, nos referimos a los derechos que obtienen las empresas para emitir una determinada cantidad de gases de efecto invernadero a la atmósfera. Estos derechos son transferibles, se pueden comprar o vender. Miguel Ángel Bernal, profesor de la Fundación de Estudios Financieros.
El régimen abarca las centrales eléctricas y las instalaciones de fabricación, así como las emisiones de las compañías aéreas que vuelan entre los aeropuertos europeos.
La cantidad de derechos que hay en el mercado es limitada y la fija la Comisión Europea. Las empresas deben ajustarse en base a ese límite, así que compran o venden derechos en función de sus necesidades. Hay empresas que emitirán más por el hecho de ser más contaminantes o porque sus procesos de fabricación son más antiguos. Al final de cada año, las empresas deben tener suficientes derechos para cubrir todas sus emisiones. Si no, podrían ser multadas. Aunque también existe la opción de comprar derechos a otra empresa que no los necesita.
¿Y quién marca el precio? La ley de la oferta y la demanda. El precio del derecho se fija por tonelada de CO2 y en lo que va de 2019 hemos visto un incremento significativo respecto a 2018. Actualmente, el precio por tonelada de CO2 supera los 25 euros. La media de 2019 se sitúa en los 24,85 euros cuando en 2018 el precio medio por tonelada fue de 15,88 euros. Es decir, hemos visto un incremento de casi 10 euros la tonelada en apenas doce meses. La tendencia es que estos precios vayan al alza, como apunta Bernal.
Pero aunque la tendencia sea alcista siempre y cuando se mantenga un marco de estabilidad política y económica, algunos expertos consideran insuficiente el precio actual en el que se mueven los derechos. El Acuerdo de París fija como objetivo reducir un 40% la emisión de gases de efecto invernadero para 2030, respecto al año 1990. Aunque 25 euros por tonelada pueda parecer caro, para cumplir con el acuerdo habría incluso que duplicar ese precio.
¿Y quién marca el precio?
La ley de la oferta y la demanda. El precio del derecho se fija por tonelada de CO2 y en lo que va de 2019 hemos visto un incremento significativo respecto a 2018. Actualmente, el precio por tonelada de CO2 supera los 25 euros. La media de 2019 se sitúa en los 24,85 euros cuando en 2018 el precio medio por tonelada fue de 15,88 euros. Es decir, hemos visto un incremento de casi 10 euros la tonelada en apenas doce meses. La tendencia es que estos precios vayan al alza, como apunta Bernal.
Pero aunque la tendencia sea alcista siempre y cuando se mantenga un marco de estabilidad política y económica, algunos expertos consideran insuficiente el precio actual en el que se mueven los derechos. El Acuerdo de París fija como objetivo reducir un 40% la emisión de gases de efecto invernadero para 2030, respecto al año 1990. Aunque 25 euros por tonelada pueda parecer caro, para cumplir con el acuerdo habría incluso que duplicar ese precio.