Podemos quiere eliminar las deducciones fiscales de los planes de pensiones privados para recaudar más. Y aunque en principio podría parecer que Podemos olvida que los planes de pensiones pagan impuestos, lo cierto es que no andan desencaminados, porque hay truco.

Los contribuyentes pagamos menos impuestos mientras aportamos a un plan de pensiones. Ésa es la ventaja fiscal de este producto de ahorro.



¿Por qué ocurre esto? Vamos por partes: en un año, los contribuyentes podemos deducir de la Declaración de la Renta hasta un máximo de 8.000 euros de las aportaciones hechas a un plan de pensiones privado. Y aquí es donde los más espabilados llevan ventaja.

Porque meses antes de hacer nuestra Declaración, podemos hacer un cálculo a ojo de buen cubero para saber si nos saldrá “a pagar” o “a devolver”. Pongamos por caso que nos sale “a pagar” y que tenemos que pagar 3.000 euros. Lo que nos recomendaría un asesor es que hiciésemos una aportación a un plan de pensiones de X cantidad para que se nos reduzca la base imponible al 100%. Pero para conseguir esta reducción del 100% hay que hacer el cálculo en función del tipo de IRPF estatal y autonómico que se nos aplique.

Es decir, que si hacemos una aportación de una cantidad concreta a un plan de pensiones, podríamos lograr que la declaración no saliera “a pagar” a Hacienda. Y, según la cantidad aportada, y los ingresos que percibamos, la declaración podría salirnos incluso “a devolver”.

Pero la ventaja del plan de pensiones no acaba ahí. Porque Hacienda no recupera la totalidad de todo aquello que no hemos pagado por desgravaciones. Es decir, cuando rescatamos el plan de pensiones, no devolvemos al Estado todo aquello que no hemos ido pagando año tras año por las aportaciones hechas. Lo que pagaríamos sería el rescate del plan según el tipo impositivo que nos correspondiese en el momento de liquidar el impuesto. Cuando estamos jubilados, normalmente ganamos menos dinero que cuando estamos trabajando. A un ingreso más bajo, corresponde un tipo impositivo real más bajo.

Hay que diferenciar entre dos formas de rescatar el plan a partir de la jubilación: porque podemos rescatarlo como capital o como renta. Si lo recatamos como capital, quiere decir que lo cobramos todo de una vez. Y en forma de renta, percibimos una cantidad de forma periódica.

Cuando rescatamos un plan de pensiones, los fondos que obtenemos se consideran como rendimientos de trabajo. Y aquí hay que tener en cuenta el IRPF que se nos vaya a aplicar, el estatal y el autonómico. Los expertos recomiendan rescatar el plan como renta, porque el “hachazo fiscal”, por así decirlo, será menor, ya que la cantidad retirada también será menor.

La conclusión: por el camino, quienes aportan a un plan se libran, año tras año, de pagar cierta cantidad a Hacienda. Y aunque al rescatar un plan se pagan los impuestos correspondientes, el truco está en que según el tipo que se aplique y la forma del rescate, algunos contribuyentes consiguen pagar menos a Hacienda que aquellos que nunca aportaron a un plan.