Es la empresa que trabajó con Tesla en el desarrollo de su piloto automático. Controla el 70% del mercado mundial de sistemas de asistencia a conductores y sistemas anti colisión. Es la israelí Mobileye, y la estadounidense Intel paga por ella más de 15.000 millones de dólares. ¿Por qué?
Principalmente, por no quedarse muy lejos de sus principales competidoras en el mercado de chips para este tipo de vehículos. Qualcomm y Nvidia ya han tomado la delantera y se posicionan en la vanguardia de los proveedores de los microprocesadores que los coches autónomos necesitan para funcionar.
Y es que el mercado del vehículo sin conductor está creciendo de forma muy rápida, y se espera que los primeros coches lleguen a las carreteras de manera oficial en el año 2020. Quince años después, en 2035, habrá más de 20 millones de vehículos autónomos circulando por las carreteras de todo el mundo. Son las últimas predicciones ofrecidas por IHS Automotive.
Según sus estimaciones, las ventas totales de este tipo de coches alcanzarán las 600.000 unidades en 2025. A partir de ahí, se registrará un incremento anual de un 43%, hasta el año 2035.
El país que liderará el mercado será EEUU, y se espera que este año 2017 controle el 40% del total del sector.