Antes a los bancos centrales les bastaba con insinuar para hinchar los mercados. Ahora ni bajar los tipos al 0%, ni un nuevo QE, ni inyectar billones de dólares en el mercado de REPOs consigue reanimar la bolsa. Uno de los presidentes regionales de la Fed ha sugerido que podría haber llegado el momento de comprar bolsa.
¿Qué peligros conlleva que los bancos centrales entren de lleno en la renta variable? ¿Funcionaría? Lo analizamos en Expediente Abierto.
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Las seis palabras de Jerome Powell que funcionaron en 2019
Hace tan solo unos meses a los bancos centrales les bastaba con sugerir mensajes. Les bastaba con reemplazar algunas palabras en sus discursos e insinuar alguna futura medida y, voilá, los mercados seguían hinchándose.
El ejemplo más reciente lo tenemos en el mandato del actual presidente de la Fed, Jerome Powell, el hombre de los mercados. En mayo de 2019 las bolsas se había dado la vuelta y habían empezado a caer por el miedo a la guerra comercial con China.
Pero todo cambió el 4 de junio con solo 6 palabras de Powell: “actuaremos apropiadamente para sostener la expansión”. Ahí no está diciendo nada, pero para los mercados lo dijo todo. Estaba insinuando que iban a bajar los tipos de interés. Y lo cumplió. Powell bajó los tipos de interés el 31 de julio.
Ahora el coronavirus lo ha cambiado todo. Ni una bajada de tipos hasta el 0%, ni billones de dólares en REPOs, ni siquiera un nuevo programa de recompra de activos sirve para resucitar a los mercados.
Alegría ¿manipulada? para el inversor y las compañías
Los bancos centrales siempre han manejado los hilos de los mercados. Pero siempre desde lejos, siempre de manera indirecta. Sin embargo, hace unos días el presidente de la Fed de Boston ha sugerido expandir el universo de compras a más tipos de activos. ¿Se refiere a comprar acciones?
Algunos expertos creen que un movimiento así tendría sentido por lo siguiente. El coronavirus ha hecho que la economía se pare; que las empresas paralicen totalmente su actividad, sus ingresos y quizá sus beneficios.
Pero mientras la economía está en coma, el mercado sigue vivo y sigue reaccionando a lo que sucede y lo hace a la baja. En opinión de Ricardo Comín, desde Vontobel, la compra de acciones por parte de los bancos centrales podría servir de ayuda.
Las ventajas no solo llegan para las empresas, sino también para los inversores. Por un lado, es una forma de seguir inyectando dinero en las bolsas y garantizar la continuidad de las subidas o al menos formar suelos en épocas de caídas.
Además, esto también puede invitar a los inversores a seguir comprando acciones porque siempre van a tener al banco central para vendérselas aunque no haya nadie que quiera comprarlas. Sin embargo, esto puede sonar a burbuja.
Una medida "corrupta, "bajista", discriminatoria y ¿eficaz?
Y es que no todo es de color de rosa. Alberto Iturralde, analista independiente, ve dos grandes peligros en la compra de acciones por parte de un banco central: dice que es una medida "corrupta" y "bajista" puesto que estas instituciones pueden tratar de bajar los precios de la bolsa para comprar acciones más baratas.
Otro gran peligro es la discriminación, es decir, que los bancos centrales compren más de unas acciones que de otras. Pero el único banco central que ha entrado en el mercado de valores ha conseguido poner remedio a este problema. Se trata del Banco de Japón que, comprando ETFs sobre el índice Nikkei, pudo así comprar un poco de todas.
Laure Peyranne, responsable de ventas de ETFs de Invesco, explica por qué el Banco de Japín ha escogido este instrumento para comprar renta variable.
El banco nipón ha llevado a cabo compras en ETFs en las últimas semanas desde el 2 de marzo para dar un impulso a la bolsa japonesa. Sin embargo, el Nikkei siguió cayendo hasta finales de marzo coincidiendo con la recuperación del resto de índices mundiales.