Índices con tono mixto en una madrugada en la que los ojos de Asia se posan en Corea del Sur, que celebra elecciones presidenciales para sustituir a Park Geunhye, que tras un escándalo de sobornos está en la cárcel a la espera de un veredicto, igual que le ocurre, entre otros, al exvicepresidente de Samsung. En Japón, el Banco Central insiste en que la política monetaria actual llevará al país a alcanzar el objetivo de déficit del 2% para finales de 2018.
En Corea del Sur todo apunta a que Moon Jae-in será el nuevo elegido, con algo mas del 40% de los votos. Un candidato que propone bajadas de impuestos para las empresas y descuentos para la contratación. También aboga por dialogar con Corea del Norte para frenar la escalada nuclear, en lugar de apostar por el juego de amenazas que actualmente se está produciendo. Descontando la victoria de Moon Jae-in subió ayer el Kospi surcoreano más de un 2,5%.
En Tokio el Nikkei muestra ligeros descensos tras una buena jornada de lunes. Allí, el gobernador del Banco de Japón, Haruhiko Kuroda, explica que, tras años de intentos, la política monetaria está dando sus frutos, y se alcanzará el 2% de inflación el próximo 2018. La realidad es que tras años de incentivos para las empresas, subidas salariales obligatorias y expansión monetaria desde el banco central, los nuevos acuerdos comerciales tienen buena parte del mérito de que esté cambiando el rumbo deflacionario en Japón. Subirse a la recuperación global ha hecho (y esto lo reconoce el propio Kuroda) que las exportaciones mejoren mucho, y con ello los salarios y el gasto, que elevan la inflación en último término. Pese a todo, esta madrugada hemos conocido que los salarios reales en marzo en Japón cayeron al ritmo más rápido en los últimos dos años. Crece la inflación como quiere el banco central y también el Gobierno de Shinzo Abe, pero no logran cerrar un acuerdo con las empresas para elevar los salarios y por lo tanto los ciudadanos están perdiendo poder adquisitivo. Algo que si no se soluciona podría lastrar el consumo durante los próximos meses.
Desde el Fondo Monetario Internacional creen que existen ciertos riesgos que podrían dar al traste con el crecimiento de los países asiáticos. Eleva su previsión de crecimiento para la región Asia-Pacífico hasta el 5,5%, pero cree que el escenario podría cambiar si el proteccionismo con el que amenaza la administración Trump en Estados Unidos se materializa. Escenario que buscan evitar con encuentros bilaterales la mayoría de países de la región, especialmente China, Japón, Corea del Sur o Australia.
En Australia, sus cuatro grandes bancos presentarán un beneficio récord este año según el consenso de analistas, e incluso ANZ, el banco más problemático y que lleva año y medio vendiendo activos improductivos, podría volver al terreno positivo. Habrá que esperar para comprobarlo porque el ejercicio económico de CBA termina el 30 de junio, pero el resto cerrarán su año fiscal el 30 de septiembre.