Jueves negro para Intel. Las acciones de la tecnológica se desploman en el mercado tras anunciar resultados perores de lo esperado y recortar previsiones. Para reconducir la situación Intel anuncia que despide al 15% de la plantilla, unas 17.500 personas, y suspende el dividendo a partir del cuarto trimestre.
Intel se ha quedado rezagada en el desarrollo de chips para Inteligencia Artificial. Para darle la vuelta a esta situación, la compañía se ha centrado en los últimos meses en el desarrollo de procesadores de IA avanzados mientras trabaja en ampliar sus capacidades de fabricación por encargo para recuperar la ventaja tecnológica que perdió ante la taiwanesa TSMC, el mayor fabricante de chips por contrato del mundo. Este proceso ha aumentado los gastos de la tecnológica y ha presionado sus márgenes, lo que ha pasado factura a sus resultados. Por eso ahora la estadounidense ha anunciado que va a recortar los gastos operativos y los costes de capital en más de 10.000 millones de dólares en 2025.
La duda del mercado es si la estrategia de Intel es suficiente para devolver a la empresa a la cúspide de la industria de microprocesadores. De hecho, los analistas creen que el plan de Intel para dar un giro a su negocio tardará años en materializarse.
En lo que llevamos de 2024, su posición rezagada en el mercado de chips de IA ha desencadenado una caída en bolsa para el valor superior al 40%.
Para el tercer trimestre, Intel espera unos ingresos de entre 12.500 y 13.500 millones de dólares, en comparación con la estimación media de los analistas de 14.350 millones de dólares. La empresa prevé un margen bruto ajustado del 38%, muy por debajo de las expectativas del mercado del 45,7%.