Deutsche Bank ha aprobado el chequeo anual sobre la salud de los bancos que realiza la Reserva Federal. Unas pruebas que miden la capacidad de los bancos para capear una importante recesión económica. Este aprobado supone un respiro para la entidad alemana que suspendió las pruebas en 2015, 2016 y 2018. Otro fracaso habría dañado aún más la confianza entre los clientes e inversores en un momento en que su consejero delegado, Christian Sewing está luchando por dar la vuelta al banco.
En una nota para los empleados publicada en el sitio web del banco, Sewing señala que la decisión de la Reserva Federal es una "excelente noticia".
"Lograr el éxito aquí fue uno de los objetivos clave que nos fijamos hace un año. Es un gran paso adelante para nuestro negocio en los Estados Unidos y a nivel mundial. Una plataforma operativa fuerte en América es esencial para nuestros clientes", señala.
Sin embargo, la Reserva Federal puso condiciones a las operaciones de Credit Suisse después de encontrar debilidades en sus procesos de planificación de capital.
Obtiene un aprobado con condiciones y ahora la FED le exige que aborde estos problemas y le da un plazo para que presente un plan antes del próximo 27 de octubre. El banco suizo, a través de un comunicado, ha dicho que remediará las deficiencias antes de la fecha límite de octubre.
En general, la Reserva Federal ha aprobado los planes de dividendos y recompra de acciones de los 18 grandes bancos de Estados Unidos. Según el vicepresidente de la FED, Randal Quarles, "las pruebas de estrés han confirmado que los bancos más grandes están bien capitalizados y dan alta prioridad a las prácticas de planificación de capital sólidas". Considera que los resultados de estos exámenes demuestran que los bancos y el sistema financiero estadounidense "son resistentes en tiempos normales y bajo estrés".
Este año solo se han analizado la mitad de las entidades bancarias que en 2018, después de que la Fed revisara sus procesos analíticos por las quejas recibidas por parte de la industria. El banco central estadounidense decidió entonces que los bancos con activos en el país de entre 100.000 y 200.000 millones de dólares realizaran estos exámenes cada dos años.
En total, solo cinco entidades de otros países han tenido que someterse a los exámenes de este año: el alemán Deutsche Bank, los suizos Credit Suisse y UBS, el británico Barclays y el canadiense TD Bank.