La burbuja del paladio, clave para fabricar coches eléctricos, se sigue inflando. Se trata de un material muy utilizado en el sector de la automoción, que viene experimentando fuertes subidas en los últimos años. La pregunta es, ¿hasta cuándo?
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Como a la mayoría de activos, también le ha afectado el estallido de la pandemia de la Covid-19 y sus consecuencias económicas. La semana del 7 de marzo experimentó fuertes caídas, en plena crisis del coronavirus.
Pero la demanda se ha incrementado mucho en los últimos años. Y ahora vuelve a subir por la reactivación de la actividad. “Desde 2018 la tendencia es alcista de libro”, explica Sara Carbonell, de CMC Markets.
Para hacernos una idea de su evolución, echamos un vistazo al gráfico. En marzo de 2016, su precio rondaba los 500 dólares la onza. Dos años después, en marzo de 2018, estaba en torno a 990 dólares.
Y en marzo de este año, alcanzaba los 2.600 dólares la onza. Un poco antes, en febrero, llegaba incluso a los 2.875 dólares.
El 18 de marzo bajó hasta los 1.600 dólares, pero ya se va recuperando del varapalo que ha supuesto el coronavirus, tocando hoy los 1.840 dólares.
La caída en las ventas de coches, por el parón económico a causa del coronavirus está detrás de la volatilidad de las últimas semanas. Todos los metales han sufrido altibajos.
Según los expertos, el paladio tiene todas las características de una burbuja especulativa.
Puede observarse que la posición larga del fondo en el contrato de paladio en la New York Mercantile Exchange (NYMEX), la bolsa de materias primas, con sede en la ciudad de Nueva York, pasaron de 29.000 contratos en enero de 2018, a unos 1.800 a finales de abril.
La fiebre del paladio
Según recoge Reuters, si bien los actores que han entrado en este mercado en los últimos años eran especuladores, ahora se trata de fabricantes chinos, que necesitan el material para seguir fabricando vehículos eléctricos híbridos.
La mayor parte de las reservas de paladio se encuentran en Rusia y Sudáfrica.
Debido al elevado precio del metal, los expertos también señalan que los fabricantes de vehículos podrían optar por buscar un sustituto para el paladio, por ejemplo el platino, que ahora mismo está cerca de los 780 dólares la onza y sigue recortando terreno.
La pregunta es cuánto tiempo tardará eso en pasar y si los inversores están a tiempo de sumarse a la fiebre del paladio.