“Antes la seguridad se centraba en el coche, pero hoy en día hay muchos más actores, lo que ha derivado en un cambio global en el desarrollo de los sistemas de seguridad, que ya no están pensados solo para coches sino que también tienen que ser capaces de detectar peatones o motoristas”, explica Lorenzo Jiménez, Responsable de Prensa y de Marketing Mobility Solutions de Bosh España. Añade que en este proceso de cambio “lo primero es la formación, el respeto y la legislación”.
Por su parte, el asesor de Pons Seguridad Vial, Ramón Ledesma, asegura que “los moteros son la gran bomba de la seguridad vial”, por delante de los ciclistas o los peatones. Mientras los ayuntamientos tratan de disminuir la cantidad de coches y sus consecuencias presentes en las ciudades, muchos ciudadanos optan por las dos ruedas como alternativa más rápida y barata. El problema es que muchas veces carecen de la formación adecuada.
Para Tomás Santacecilia, Director de seguridad vial del Race, el futuro pasa por “la renovación del parque y la incorporación de los sistemas de seguridad activa y pasiva en los nuevos vehículos protagonistas”. Además, aboga por dar incentivos a las empresas para que inviertan en seguridad vial y formación para los usuarios que se incorporen a la vía pública.
En la misma línea se manifiesta Pablo Bueno Llorente, Product Manager Deporte Online en Motorpress Iberica: “Necesitamos formación y adecuación legislativa, las bicicletas están entrando de forma masiva en nuestras calles pero muchas veces no se tiene la formación previa”. Otro de los perfiles a vigilar en seguridad vial es el “despistado”, que se agrava con la entrada de las tecnologías.
Por su parte, el representante de la plataforma motera por la Seguridad Vial, José Carlos Cañadas, considera necesario “ahondar en educación, civismo y respeto entre todos los usuarios de la vía, mezclando los diferentes factores que intervienen en la circulación y protegiendo a los usuarios vulnerables”.