Dilma Rousseff, reclama comprensión y paciencia con las medidas de ajuste fiscal que va a implantar el Gobierno. Reconoce que la economía se encuentra estancada, con la inflación en su mayor nivel de los últimos diez años y un déficit récord en las cuentas públicas. En un discurso por radio y televisión a la nación ha admitido que atraviesan graves dificultades pero, según ella, debidas a la crisis económica mundial y a la sequía de varias zonas del país.

Rousseff destaca que el Gobierno llevaba tiempo absorbiendo los costes de la crisis pero que ha llegado el momento de repartirlo entre todos los sectores de la sociedad por eso pedía paciencia y comprensión. Tras la desaceleración del año pasado, la economía brasileña puede sufrir una contracción en 2015 del 0,50 %.

La presidenta aseguró que Brasil tiene fundamentos económicos sólidos que le permitirán superar los "problemas temporales" rápidamente y calculó que el resultado de las medidas podrá verse ya en el segundo semestre del año.

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